Pedro Olive/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- En siete zonas del centro de la ciudad, elementos de Ingeniería Vial de la Dirección de Tránsito Municipal cambian o reponen dos veces al año por desgaste la infraestructura vial, con inversiones de al menos cinco mil pesos.

En tanto que en fraccionamientos de la zona norte de la ciudad y colonias alejadas del centro, aún no llegan topes tipo “boya” o “tortuga”, ni “botones” reflejantes, por lo que la gente tiene que improvisar.

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Los dispositivos como “tortugas” y “botones” son colocados en vialidades de alta velocidad cercanas a zonas escolares para disminuir las probabilidades o incidencias de hechos de tránsito. La colocación está sujeta a un estudio previo de Ingeniería Vial, a cargo de la Dirección de Tránsito.  

La atención de esa área el año pasado estuvo dedicada a colocar señalamientos de “Alto”, “tortugas” y “botones”, alrededor de las 91 escuelas que formaron parte del programa “Escuela Segura” que impulsó la misma dependencia, con diferentes pláticas como prevención del delito, educación vial entre otros, hasta que recibieron la certificación del programa, fue que les colocaron los letreros viales.  

Uno de los elementos de Ingeniería Vial señaló que en el centro de la ciudad hay siete puntos que reciben atención al menos dos veces al año para reparar o completar la zona de boyas o botones, independientemente de las fallas de semáforos, colocación o acomodo de señales soportadas en postes, entre otras.  

El costo de cada “vialeta”, como también es conocido el botón vial, es de 20 pesos, en cada paso o sector se colocan de cinco a siete líneas horizontales, cada una tiene entre 35 y 40 elementos; la mayoría de las que en Cancún hay son amarillos y blancos en forma rectangular.  

La durabilidad de las líneas colocadas dependerá de que tan transitada sea la zona, por ejemplo, en septiembre pasado, los ingenieros viales colocaron doble señalamiento en ambos sentidos de la avenida Bonampak entre la José López Portillo y Chichén Itzá, actualmente sólo queda un tercio de los botones en el tramo que va de la Chichén a la Portillo, el resto fue desprendido por la fricción de los vehículos.  

Mientras en la zona centro reparan al menos dos veces al año los señalamientos, habitantes de fraccionamientos en la zona norte aledaños al periférico, se quejan por la falta de las letreros y reductores de velocidad en las calles que rodean las escuelas.  

Elementos de Tránsito comentan que eso se debe a que no hacen una solicitud, o bien, no se ha entregado al municipio las obras.