Cancún, entre la grandeza y el desafío

¿Compartes la idea que vivir en esta ciudad es todo un desafío y una gran oportunidad de vivir mejor?

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'Nuestras vidas comienzan a terminar el día en que nos volvemos silenciosos sobre las cosas que importan.'
Martín Luther King

¿Compartes la idea que vivir en esta ciudad es todo un desafío y una gran oportunidad de vivir mejor? Seguro que sí, pero ese éxito, ¿está garantizado? La respuesta depende de todos y cada uno de nosotros.

Cuando escuchamos ciudad enseguida pensamos en aglomeraciones vecinales, tráfico, marañas de calles, edificios y atiborrados autobuses. Las ciudades ejercen mayor atracción que nunca. Y no obstante, a menudo se les acusa de ser lugares poco ecológicos y saludables, caros y asolados por la delincuencia, pero en nuestra ciudad se vive bien y se puede vivir mejor, por eso estamos acá, que hay problemas, seguro; pero no es un impedimento.

Vivimos en una ciudad que creció demasiado rápido y que se esfuerza por madurar, creada y concebida en un escritorio, planeada para incentivar la inversión y ofrecer crecimiento económico a través de la  industria turística, fundada por su mayoría por inmigrantes, de ahí que se le dificulta establecer lazos sociales para establecer una identidad cultural.

Sin embargo, somos una ciudad muy joven, con mucho potencial. Su vitalidad, desarrollo y prosperidad emerge aún en las adversidades sociales y esa es nuestra fortaleza.

Las ciudades han sido motores de innovación desde los tiempos en que Platón y Sócrates discutían en los mercados atenienses. En las calles de Florencia surgió el Renacimiento y en las de Birmingham la Revolución Industrial. Más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades.

En su interesante libro “El triunfo de las ciudades”, el economista de Harvard, Edward Claeser, señala: el capital humano es premisa fundamental para el éxito de una ciudad. En su libro explica: las ciudades han sido centros de producción de conocimiento, de transmisión de saberes.

Pero las ciudades necesitan de incentivar la educación y diversificar la economía. Necesitan de administraciones públicas competitivas, creativas y responsables en su planeación y crecimiento futuro. Necesitan de sociedades fuertes, cohesionadas.

Dice Shlomo Angel en su libro “Planeta de Ciudades” que el principio para mantener la vitalidad de las ciudades pasa primero por la planeación de las autoridades públicas y no de las fuerzas del mercado.

De ahí que los municipios deberían planear adquirir tierras, financiar, construir y mantener sistemas de vialidad y movilidad social, a la par que la iniciativa privada completar proyectos a largo plazo, a fin de planificar adecuadamente para ampliar los servicios, el comercio y el transporte de bienes, facilitar la movilidad en la ciudad y reducir la distancia de los viajes, para economizar energía y reducir la contaminación.

Las grandes ciudades fueron y siguen siendo los motores de la economía, de la industria y del desarrollo, Cancún no es la excepción; el reto es mantener el equilibrio entre desarrollo y medio ambiente. En la forma en que lo hagamos estará la respuesta.

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