¡La huesuda no perdona, a todos se lleva!

Catrinas, flores, velas e inciencio forman parte del camino que todos alguna vez hemos de recorrer.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Redacción/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Un camino de flores de cempasúchil, con un par de decenas de velas, alumbran el camino de las ánimas para entrar a la fiesta del inframundo, en donde los que aún habitan la tierra le llaman "El Festival de Vida y Muerte", que se celebra en las instalaciones de Xcaret.

Miles de personas, con las caras pintadas de la 'huesuda' y algunas disfrazadas, caminaban por los senderos del parque, observaban las representaciones de las leyendas, se detenían y tomaban fotografías, algunas visitaban el cementerio o se detenían a admirar las paredes que estaban alumbradas con velas. 

Con mucha emoción, se acercaban a la exposición de altares, a su paso dejaban sus huellas, -como lo han de hacer aquellos que nos visitan en esta época del más allá-, catrinas, flores de la temporada, veladoras, fotografías y el  "bar del Noa Noa"  junto con una fotografía del Divo de Juárez, adornaban aquella sección del parque. 

Al caer la noche,  luces de colores y un grupo de jóvenes disfrazados de zopilotes, fueron los protagonistas de una increíble leyenda, en donde las aves juraban proteger a los humanos 'del mal agüero' que anunciaban los búhos, a cambio de un plato de comida. 

Los escenarios brillaron con los trajes típicos de Puebla y sus bailables, turistas y locales, disfrutaron de la comida de aquel estado, un rico mole formaba parte del menú. 

Cerca de las 8:30 de la noche, se escuchaba la misma pregunta de los visitantes ¿dónde se encuentra el Foro Abierto?, algunos corrían para ocupar el mejor lugar, pero al llegar eran detenidos por un joven de staff, se formó una fila de cientos de personas que se decían entre sí ¿habrá lugar suficiente para todos?, al entrar esperaban ansiosos  que se 'abriera el telón' pues todos deseaban que apareciera en escena el señor Ignacio López Tarso.

Con una sonrisa y entre aplausos del público, acompañado de "un trío de cuatro", argumentando que era el único en México, el actor apareció en el escenario, durante más de una hora contó historias que provenían de corridos, su nieta Sofía fue la encargada de entonarlos.

Es así como finalizó aquel colorido paseo, con música y con la advertencia de que todos algún día la "huesuda" nos llevará a su tierra. 

Lo más leído

skeleton





skeleton