Yajahira Valtierra/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El mal uso de la tecnología se ha convertido para muchos en un problema de “movildependencia” o dependencia del celular, la cual aparece cuando las personas utilizan el aparato de una forma excesiva, inconscientemente es un impulso que no pueden controlar, dijo Alejandro Madrid Irueste, coordinador de la Escuela de Piscología  de la Universidad Anáhuac.

Los “smartphone” han sido un aliado que facilita elaborar ciertas tareas, pero si no se administra de una forma adecuada, quienes lo usen corren el riesgo de volverse dependientes de ellos.

El coordinador manifestó que se desarrolla por distintos factores, la soledad  influye en las personas afectadas porque la interacción constante a través de las redes sociales las hace sentirse acompañadas.

Marina Sandoval de la Cruz, ama de casa, después de hacer sus labores domésticas, la visita diaria al supermercado, llevar y traer a su hijo de la escuela, en su tiempo libre le gusta estar navegando por internet, dijo que con esa ocupación puede platicar con sus amigas y le ayuda a controlar el estrés.

Esta actividad genera satisfacción al entretenerse  con ciertas cuestiones dentro de los móviles, pero afecta al sistema de retroalimentación del cerebro.  

La problemática también causa la pérdida del contacto interpersonal, porque muchos prefieren mandar un mensaje a personas que se encuentran a pocos metros de distancias que acercarse a hablar con ellas directamente.

Afecta en las cuestiones laborales, causa problemas de aprendizaje en clase y trastornos del sueño, en especial en los jóvenes porque pueden llegar a chatear hasta altas horas de la madrugada sacrificando horas de descanso, dañando su salud.

¿Cuáles son los síntomas?

Algunos de los síntomas de las personas que sufren esta adicción son nerviosismo, ansiedad y angustia por no estar en contacto con su móvil.

Luis Antonio Ross Pérez, coordinador de embarques en la empresa DLK International Business, aseguró que por su trabajo tiene que estar conectado todo el tiempo a su teléfono, pero a pesar de estar en su día de descanso siente la necesidad de hacerlo.

Para evitar que se desarrolle este problema, a los pequeños se les tiene que imponer reglas y límites sobre la horas que estarán usando el internet.

También debe haber una supervisión de los sitios de internet que frecuentan los menores, sobre todo dejar en claro que el dispositivo es una herramienta, no un medio para convivir, y que si se pierde o se descompone no interrumpirá su forma de vida.