2018: Fin de régimen

A menos de un año de las elecciones federales de 2018 el país y su la clase política enfrentan varios dilemas...

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A menos de un año de las elecciones federales de 2018 el país y su la clase política enfrentan varios dilemas. Quizás exagere si los reduzco a un solo reto o dilema, del que se derivan diversas consecuencias: Continuar con el mismo régimen político; un presidencialismo anacrónico, exacerbado y con un legislativo dócil; o cambiar la realidad nacional a partir de establecer un gobierno de coalición entre distintas fuerzas políticas y abandonar definitivamente el mito de que un solo hombre  y su voluntad van cambiar la historia nacional.

Los actores políticos que han participado desde los ochenta hasta estos días han sido testigos y en algunos casos, piezas clave, tanto de los avances como de los retrocesos de los últimos cinco sexenios.

Me parece que estos políticos, los que están activos desde el salinismo al día de hoy, se ubican  a  la manera de los personajes de la espléndida novela de Javier Cercas: Anatomía de un instante,  que es  una crónica y al mismo tiempo un ensayo sobre el  frustrado golpe de estado que sucedió en España en 1981, siendo Adolfo Suárez, presidente.  En esa crónica o novela histórica,  Adolfo  Suarez,  actor político  y personaje principal entiende el momento histórico que le tocó vivir, el papel que eligió representar, tanto en sentido metafórico como en el sentido más literal del término, esto es, el de que solo alguien que había participado en el montaje de esa parte de la historia de España,  y que conocía los entresijos y las vueltas de tuerca de dicha historia,  podía cambiar el curso histórico, es decir, solo alguien que participó en el entramado, podía desentramar esa representación. Para llegar a un gobierno de transición.

En 2018 estamos obligados a comprender la palabra Desentramar: Deshacer el andamiaje.

El régimen y sus andamios se vencieron, dejaron de funcionar, y para que no tengamos la tentación de colocar unos alambres y tratar de recomponer con un solo hombre esa misma estructura, la de un país deshecho, es necesario  quitar uno a uno los andamios. Y creo algunos de los actores políticos entendieron esto, que hay que dar paso a un nuevo régimen, con nuevas reglas; con nuevas instituciones, creando mayorías, invitando a todos, sin dividir y confrontar más al país. Por eso creo que un Frente Amplio Democrático puede ser un nuevo comienzo. Y que al tener un gobierno de coalición podremos darnos nuevas instituciones que sean funcionales, para que entre todos podamos reducir la desigualdad social y de esta manera tener un México que alcance para todos.

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