Ángel Castilla/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Hasta tres años podría pasar tras las rejas un profanador de tumbas que fue detenido este jueves en el cementerio Campo del Recuerdo, justo cuando hurtaba restos humanos para causas desconocidas. 

Rodolfo del Ángel Campos, secretario de Seguridad Pública Estatal, informó que se realizan las averiguaciones para determinar el motivo por el que el detenido realizó el hecho, y si está bien de sus facultades mentales.

También te puede interesar: ¡Los muertos no tienen donde descansar! Sin panteón municipal

Manuel C., de 39 años de edad, fue detenido el pasado jueves por elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP), cuando intentó sacar un cadáver en el cementerio “Campo del Recuerdo” y su situación jurídica por el delito de profanación de tumbas, contra el respeto a los muertos y contra las normas de inhumación y exhumación, está por ser definida por la Fiscalía General del Estado (FGE).

Fue sorprendido por trabajadores del lugar, quienes lo reportaron a través del 911 a las 12:45 de la tarde del jueves, en el camposanto ubicado en los límites de la colonia Nuevo Progreso de la capital. 

“La persona que estaba sacando los huesos de una tumba ya fue puesto a disposición del Ministerio Público, es muy raro lo que estaba haciendo, a lo mejor está afectado de sus facultades mentales, pero esto lo decidirá la autoridad correspondiente”, indicó.

Investigaciones  

Del Ángel Campos añadió que el detenido, en su declaración, no refirió absolutamente nada que aporte alguna idea de sus actos, por lo que se desconoce el móvil y tendrá que ser a través de las investigaciones que realice la Fiscalía, lo que determine los motivos de sus acciones.

Agregó que los restos humanos de la tumba profanada tienen mucho tiempo y por la humedad que la caja presentaba a causa de las lluvias e inundaciones, que en ocasiones padece el cementerio, facilitó el acceso al detenido.

Manuel N fue presentado ante la Fiscalía General del Estado por el delito de profanación de tumbas, con una sanción de entre uno a tres años de cárcel, con posibilidad de pagar alguna caución o si presenta problemas de sus facultades mentales, recibirá la atención requerida.