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El director y guionista sudafricano Neill Blomkamp vuelve a usar la ciencia ficción para describirnos aspectos del ser humano. (Redacción/SIPSE)
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Por Rafael R. Deustúa

La experiencia cinematográfica es diferente para cada persona, lo que para unos da respuestas y es trascendental, para otros es o complicado o simplista. Sin embargo, como forma de arte -aún cuando sea arte comercial, pop, popular- el cine pregunta, a veces sin afán de responder, sólo para que nosotros nos cuestionemos a nosotros mismos. “Chappie” es una película de esas.

Tras crear una fuerza policial robótica que baja la criminalidad en Johannesburgo, Deon Wilson ahora cree haber creado la Inteligencia Artificial perfecta. Cuando le niegan un robot de desecho para experimentar, roba un robopolicía dañado sin saber que unos pandilleros se aprestan a secuestrarlo y será entre todos que eduquen al primer ser inteligente no humano.

El director y guionista sudafricano Neill Blomkamp vuelve a usar la ciencia ficción para describirnos aspectos del ser humano como en “Sector 9”. En ésta ocasión busca cuestionarnos acerca de la naturaleza del ser, de aquello que nos hace humanos, por medio de un guión armado con ideas robadas de otras películas, pero que al igual que el monstruo de Frankenstein, resulta ser más que una imitación.

Blomkamp tenía muchos retos, uno era hacer creíble al robot protagonista, lo que logra gracias una increíble interacción entre los actores humanos y el artificial. No es sólo el aspecto tecnológico de efectos digitales, también la forma en que integra a todos los personajes en encuadres y situaciones lo que involucra al espectador. Por otro lado explica bien sus ideas aunque peca de simplista y de una edición que a veces corta demasiado.

Un buen apoyo a la historia está en la interpretación de Dev Patel (¿Quien quiere ser millonario?) como Deon y de Ninja y Yo-Landi como sí mismos en versión pandilleros. Logran una mezcla burda y extrema, pero interesante para la película. Hugh Jackman brinda un buen villano.

Técnicamente destaca en dirección artística con buenos decorados y personajes bien creados visualmente. La fotografía es simple pero funciona para dar el realismo que se requiere y los efectos digitales y de sonido, acompañados de la musicalización, dan muy buenas escenas ya sea en lo cotidiano como en la acción.

Una cinta dominguera que da temas para charlar, sobretodo ideas respecto a donde va la tecnología.

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