Enrique Mena/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La falta de infraestructura adecuada para el manejo de aguas negras en dos de los cuatro mercados de Chetumal ocasiona que las alcantarillas rebosen y emanen olores fétidos que incomodan a los clientes.

En un recorrido realizado en el mercado Ignacio Manuel Altamirano y Lázaro Cárdenas se pudo observar que el primero es el que presenta mayor problema en uno de los corredores, que se encuentra sobre la calle Librado E. Rivera entre avenida De los Héroes y calzada Veracruz, colonia Adolfo López Mateos, en donde la tapa del drenaje está rota y tiene un respiradero de policloruro de vinilo (PVC).

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En los alrededores de ambos mercados persiste el encharcamiento de aguas negras; incluso en algunos respiraderos a ras de suelo que se encuentran al interior de los recintos no hay rejillas y se pueden observar residuos en estado de putrefacción.

Los encharcamientos se generan principalmente a primeras horas del día, cuando se registra mayor afluencia de personas en estos lugares y ocasiona molestia entre los consumidores.

Miguel Pino Murillo, director de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en Quintana Roo, en entrevista telefónica afirmó que el organismo está facultado para emitir un exhorto al Ayuntamiento de Othón P. Blanco para que en 60 días se haga la reparación del origen del problema sanitario.

En caso de incumplir se le puede establecer una sanción administrativa de entre 100 y cuatro mil salarios mínimos, que sería de hasta 369 mil 440 pesos.

“Tendría que haber una denuncia para que nosotros podamos intervenir, independientemente de eso, ya con el conocimiento del caso, mandaré a atender la verificación de los mercados”, dijo.

De igual forma, enfatizó que si la central de abasto se encuentra concesionada a un particular, la responsabilidad recae directamente en la persona física y será ésta quien se encargue de acondicionar adecuadamente la red de drenaje; el plazo y la multa que se le aplican son los mismos.

Pino Murillo explicó que el primer paso es que los verificadores sanitarios acudan al sitio para tomar evidencias del riesgo de salud que la situación representa para los comensales, principalmente, ya que ingerir alimentos contaminados ocasionaría infecciones en sistema digestivo.