Miguel Maldonado/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- David Andrade Aguilar es el único chetumaleño que ha logrado cruzar las fronteras del Estado dentro del complicado mundo de los deportes extremos, pues en tan sólo cinco años se ha podido colar en el Circuito Peninsular de esta disciplina y a partir de ahí ha estado representando a Quintana Roo y a Chetumal en competencias donde se concentran los mejores patinadores del país, además de que sus sueños no quedan ahí, pues su proyecto a mediano plazo es atravesar el país para competir en alguno de los eventos que se realizan en los Estados Unidos, donde llegan los mejores skaters del mundo.

El joven patinador chetumaleño incursiona dentro de este deporte extremo en la modalidad de Longboard, la cual representa algunas variantes respecto al skateboarding popular, iniciando por desarrollarse en una patineta de mayores dimensiones y una forma diferente, en la que los trucos dependen de la habilidad para derrapar y hacer variantes sin levantar la tabla del piso.

El atleta capitalino señala que el gusto por desempeñarse dentro de los deportes extremos nació aquí, en la capital del Estado, pues mediante programas transmitidos por la televisión por cable observaba las competencias internacionales que se desarrollaban en países como los Estados Unidos, por lo que se hizo de su primera patineta y entrenaba en los parques o calles de la ciudad de Chetumal.

Pero fue en estados del norte de nuestro país como Torreón o Monterrey, donde David Andrade se concentró en la modalidad de Longboard, ya que sus amigos y conocidos de esta zona preferían esta tabla y le inculcaron el gusto.

A partir de ahí, el joven chetumaleño, al contar con 17 años de edad, se inclinó por perfeccionar sus técnicas y trucos dentro de esta modalidad y conforme avanzó el tiempo fue mejorando, a tal grado de ser el único chetumaleño en lograr formar parte del Circuito Peninsular de la disciplina.

“Yo siempre pensé en grande: decir vulgarmente brincar el charco y salir de mi ciudad en un deporte que no es muy conocido ni practicado. Afortunadamente lo logré gracias a que me acerqué a personas que me ayudaron mucho en cuanto a mostrarme los trucos y acercarme con la gente que se encuentra en las ligas mayores de este deporte”, señala David.

La variación del Longboarding, en comparación al Skateboarding popular también representa un riesgo para los patinadores, pues el entrevistado explica que esta modalidad se desarrolla principalmente en las carreteras y depende, en su mayoría, en el descenso y habilidades para el derrape y mantenerse sobre la tabla, aunque también recuerda con tristeza el caso de algunos deportistas que han perdido la vida en la práctica de este deporte.

“Hace poco tiempo un joven de 17 años lo intentó sin tener los cuidados necesarios y al invadir un carril contrario fue arrollado por un camión de basura”.

Mantener su gusto por este deporte no es nada fácil, pues cada patineta, completamente armada tiene un valor de casi ocho mil pesos, y ha sido gracias al apoyo de sus padres que lo ha conseguido, aunque no niega que también ha recibido el apoyo de algunas personas como empresarios locales, que le han ayudado a auspiciar sus gastos.

Finalmente, el patinador chetumaleño es claro en señalar que sus objetivos no se encuentran estancados en participar en pistas de estados como Veracruz, Coahuila, Monterrey, Yucatán u otras entidades de la República Mexicana, sino que se ha trazado saltar hasta las competencias internacionales que se desarrollan principalmente en el norte del continente, donde se concentran los mejores patinadores del orbe.