Claudia Martín/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El consorcio Chiclero de Quintana Roo no ha logrado producir ni un kilo de goma a consecuencia de la intensa sequía, y no podrán producir el chicle hasta que las lluvias no se regularicen.

Jesús Manuel Aldrete Terrazas, gerente general de “Chicza” informó se encuentran en una situación de emergencia y es urgente que los tres niveles de gobierno tomen cartas en el asunto para tomar medidas al respecto. 

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“En tanto no se establezcan regularmente las lluvias los arboles de chicozapote no pueden producir. Sí ahorita un chiclero sube a un árbol no va a producir, solo se va a dañar la capacidad del árbol, y el chiclero perderá tiempo y esfuerzo”, explicó.

Mencionó que desde el 1 de septiembre, el consorcio, está preparado para iniciar la temporada, pero al no haber las condiciones necesarias solo les resta esperar.

“Esperemos que en octubre se puedan restablecer las condiciones de lluvia y la gente pueda trabajar el resto del año, tenemos contratos de chicle en este momento, tenemos manera de generar el empleo, los recursos para iniciar, pero no hay condiciones climatológicas para hacerlo”, expresó. 

Pérdidas por la sequía

Aldrete Terrazas señaló que como consecuencia de la sequía los campesinos les han reportado perdidas en sus cultivos de maíz, miel y la ganadería y se encuentran sin empleos, padeciendo problemas económicos. 

“Al no haber agua, no hay flores, no hay polinización, no hay miel entonces la producción de miel se ha caído, la producción de maíz, frijol y otros cultivos también se ha perdido, ni siquiera pequeñas unidades de riego se han logrado sobrevivir a la sequia”, expuso. 

Agregó que para el consorcio es muy importante una reunión con la Secretaría de Desarrollo Rural del Estado (Sedaru) y la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (Sema) para poder explorar las posibilidades de aprovechamiento y fuentes de empleo para los campesinos. 

Incluso dijo que han gestionado recursos ante la Secretaría de Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) dentro del programa Sur-Sur para la recuperación de 500 hectáreas de huamiles y convertirlas en bosque de chicle, ramón y pimienta silvestre, como una alternativas a mediano plazo para diversificar la actividad de las cooperativas chicleras en el estado y evitar que los campesinos se queden sin empleo.