Juan Rodríguez/ SIPSE
RÍO HONDO, Q. Roo.- Crítica la situación de productores de Chile Jalapeño de la zona limítrofe, las plagas, sequía y bajo precio que pagan los coyotes los están extinguiendo, lejos de tener ganancias no alcanzan a recuperar la inversión.

José Guadalupe Hernández Jiménez, señala que de ser una actividad que en años mozos les dejaba gran derrama económica para esta temporada navideña, en este año lo que les dejó la temporada son deudas ya que el precio que les pagan los intermediarios no les alcanzó ni para recuperar los gastos de cultivo.

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Recordó que los años 1993 al 1995 cuando cosechaba hasta 20 toneladas por hectárea, tiempo en que no les afectaba el precio si ganaban en el volumen que obtenían por hectárea, además no existían muchas plagas y los insumos aun estaban baratos, sin embargo para Hernández Jiménez, solo son datos que están en la historia.

Señaló que para este tipo de cultivos no hay ningún apoyo del Gobierno del Estado, mucho menos del municipio, la poca superficie la cultivan con el puro esfuerzo del productor, además con todo en contra, ya que las plagas son las que surgen primero, luego la falta de lluvia les afecta o en algunos casos siniestra la plantación y luego la poca producción que logran se las machete el intermediario pagando a solo tres pesos el kilógramo cuando en los súper mercados se vende al público hasta en 15 pesos.

Nicolás Hernández Moreno, otro producto es que una hectárea de cultivo de chile jalapeño, les cuesta entre 10 y 12 mil pesos, a la que le están logrando una cosecha de apenas cinco toneladas, por lo que ya no les es redituable y por ello muchos productores ya han abandonado la actividad.

Señaló que requieren de otros programas para continuar con labores en el campo y con ello mantener la economía de las familias, ya que la siembra del picante ya no les es rentable, la ganadería donde algunos campesinos están incursionando es muy complicada por la falta de agua en la región, por ello requieren de proyectos que les ayude el gobierno a detonarlo y con ello tengan una nueva forma de vida en la zona limítrofe entre Quintana Roo y Campeche.