Les está cayendo una losa pesada, algo confusa todavía en tanto revisan en detalle la información de los otros, aún en funciones. No hay gratos augurios en los equipos receptores. Así resumen dos o tres enterados de la entrega-recepción, principalmente de los ayuntamientos, algunos sumidos en crisis por deudas y con autoridades sin credibilidad ni voluntad suficientes.

Es lamentable la postura de ciertos presidentes municipales, quienes aun cuando ven un contexto de apertura política y frustraciones sociales, optan por la burda intentona de mostrar lo que no es ni será. La realidad es cruda. En no pocas cabeceras se discute si es “ingobernabilidad” o no. A ese grado.

Lo que preocupa más a los que siguen es la deuda: 2 mil 911 millones 700 mil pesos a largo plazo, sólo hasta el primer trimestre, de acuerdo con datos de Hacienda. Dicha cantidad no considera los adeudos a proveedores ni los créditos a corto plazo, lo cual agrava el panorama.

Cuatro cargan el bulto mayor, aunque en condiciones diferentes: Benito Juárez, Solidaridad, Cozumel y Othón P. Blanco. Son los más poblados y cuyo peso político-administrativo es indiscutible. “Condiciones diferentes”, porque la trama de los priistas tiene sus bemoles y conviene advertirlos.

Gobernado por Paul Carrillo, Benito Juárez mantiene pasivos por mil 238.7 millones de pesos, una multimillonaria cantidad que arrastra, aunque logró disminuirlos de mil 331.5 millones en 2013 a la cifra citada, gracias a que no se adquirió más deuda.

Al electo, Remberto Estrada Barba, y su equipo de trabajo, se les facilitará el análisis de las cuentas. En el marco de la presentación de las comitivas de enlace, cercanos al próximo presidente calificaron al trienio que se despide como el mejor de la última década. Eso agiliza el proceso y aviva la confianza.

En Solidaridad, uno de los más pujantes pero también con alta deuda, obtuvieron un nuevo refinanciamiento, por lo que pasará de 758.3 millones de pesos a mil 30 millones. Mucha herencia nefasta de trienios para el olvido. Aun así, la proyección es de crecimiento, y la presidenta electa, Cristina Torres, ha declarado su pretensión de “no más deuda”. Un bálsamo.

En Cozumel no abundan las certezas, porque a finales del año pasado el gobierno de Fredy Marrufo solicitó un crédito de 200 millones. A dicha carga se sumaría otra similar o ligeramente superior, de corto plazo. Al igual que en Playa del Carmen, allí habrá alternancia.

La presidenta electa, Perla Tun Pech, ha prometido escrutinio exhaustivo, e ir, sin negociaciones, por quienes endeudaron al municipio.

En la capital Othón P. Blanco, Eduardo Espinosa Abuxapqui entregará una mayor a la recibida: de 461.7 millones. La recibió en 416.92 millones, por lo cual los pronósticos son nada halagüeños, ya que la vocación productiva de Chetumal y la débil capacidad para aumentar los ingresos propios ponen en zozobra a la próxima administración de Luis Torres Llanes, quien enfrenta ya reclamos por culpa de los anteriores.

Si bien los otros municipios no registran abultada deuda a largo plazo, sí ven cuentas por pagar. A cumplir.

                                                  Desorbitado

Pese a las “hipótesis conspiracionistas”, la transición en el ámbito estatal inicia en los tiempos y las formas previstas por los protagonistas. La reunión de ayer en Cancún entre los gobernadores en función y electo, Roberto Borge y Carlos Joaquín respectivamente, ocurrió con las reglas sobre la mesa: una vez terminada la entrega-recepción comenzará el proceso de revisión, auditoría y rendición de cuentas. ¿Esperaban más?

Son tintes democráticos. En alternancias no hay aprobaciones, sí advertencias, que no implican más por ahora. Para bien de todos, persisten la apertura y el diálogo.