Raúl Balam/SIPSE
KANTUNILKÍN, Q. Roo.- Claudio Moo Ucan, será galardonado con la medalla al Mérito Ciudadano “Terencio Tah Quetzal”, que será entregado en una sesión pública y solemne a realizarse el próximo 10 de octubre, en el domo del parque principal, dentro de las festividades para celebrar el 159 aniversario de Kantunilkín.

Esto fue aprobado durante la segunda sesión extraordinaria de Cabildo que encabezó el presidente municipal, Josué Nivardo Mena Villanueva, donde Moo Ucan, logró nueve votos a su favor y mientras que la halterofilista, Melina de los Ángeles Pool Estañol, logró dos sufragios de los integrantes del Cabildo.

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Claudio Moo Ucan, nació el 16 de diciembre de 1921 en Kantunilkín, hijo del señor, Lucio Moo Ucan y la señora Paulina Ucan; esposo de la señora, Eugenia Cupul Canul, y durante su matrimonio obtuvieron ocho hijos Alfredo Moo Cupul (qepd), Maximiliano, Marcelino, Lucio, Rosaura, Daniel, Amalia (+) y Micaela. Actualmente cuenta con 96 años de edad y tiene 17 nietos, 11 bisnietos y un tataranieto.

Después de concluir su educación primaria prestó su servicio como guardia (seguridad en la población) y a las fajinas para abrir brechas para llegar a las poblaciones de Santa María hoy Leona Vicario, Chan Cenote y el ingenio hoy San Eusebio (sin goce de sueldo).

Fue secretario del comisariado ejidal en el periodo de Juan Cupul 1947-1950 y apoyó para la gestión de recursos del fondo común para introducir energía eléctrica en la población.

De igual forma en el año de 1937 al otorgarse la ampliación de 71 mil 533 hectáreas, comenzó el trabajo de deslinde de los límites del ejido con el ingeniero Carlos Alvarado, y los ejidatarios que trabajaron arduamente en el desmonte de la mensura.

También, al formar parte de la directiva viajó a la Ciudad de México conjuntamente con Juan Cupul Pech (+), Francisco Angulo Santana (+), Fortunato Cauich (+), Emilio Oxte Che (+), para realizar el trámite de la permuta y devolverle a la hacienda San Enrique los terrenos que había ocupado el ejido de Kantunilkín.

Pasaron peripecias, porque el viaje fue por la colonia Yucatán, después al Cuyo y se embarcaron en un barco de vela navegando por cuatro días hasta llegar a Veracruz y de ahí abordaron un autobús para llegar a la Ciudad de México.

Según datos del cronista de la ciudad, José Moisés Gaspar Maglah Canul, en el año de 1933, sólo habían 111 capacitados para trabajar las tierras y no conformes gestionaron la ampliación del ejido y en un censo realizado en 1937 el padrón aumentó a 182 y sobre ese número se dio la ampliación de 71 mil 532 hectáreas.

Participó en el año de 1948 como miembro de la cooperativa chiclera y en la creación de la iglesia de la Inmaculada Concepción, construcción del parque y el local de la Casa Ejidal.

Por gestiones como autoridades ejidales obtuvieron de la compañía maderera atención médica y se construyó el camino hacia la Colonia Yucatán, y después del huracán Beulah, fue cuando inició el progreso del pueblo al construirse la carretera Cedral hasta el puerto Chiquilá, impulsado por el gobernador del territorio, Javier Rojo Gómez.