Claves contra la corrupción

Ernesto Ruffo Appel fue gobernador de Baja California entre 1989 y 1995, el primero de oposición en plena hegemonía del PRI...

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Ernesto Ruffo Appel fue gobernador de Baja California entre 1989 y 1995, el primero de oposición en plena hegemonía del PRI, cuando Carlos Salinas de Gortari era el Presidente de la República. Se le recuerda por ese logro, aunque le atribuyen otros destacados, como ser el impulsor de la credencial de elector con fotografía para evitar fraudes comiciales.

Se le ha considerado un agente de cambio genuino en el país, no solo por haber luchado contra ese poder partidista omnipresente, sino también contra la corrupción, la impunidad y la delincuencia.

Ayer jueves, el hoy senador panista estuvo en la Universidad Tecnológica de Cancún, donde fue recibido por el rector Julián Aguilar Estrada, también militante de Acción Nacional. Más allá de la afinidad ideológica, prevalece una de principios: desde distintas trincheras, ambos han promovido la transparencia y la rendición de cuentas, dos factores estratégicos en este proceso.

Frente a un auditorio repleto de catedráticos y alumnos, el miembro de la Comisión de Anticorrupción senatorial expresó cuatro ideas fundamentales en su ponencia “Educación para el México del futuro”, para combatir uno de los flagelos más vergonzosos.

La primera idea tiene relación con el origen de la corrupción como la conocemos. Inició, sostuvo, durante la presidencia de Álvaro Obregón, a quien se le adjudica la frase “no hay quien aguante un cañonazo de 50 mil pesos”, entre otras prácticas nocivas arraigadas en la política nacional.

La segunda, es que el Sistema Político Mexicano está ahogado y ya no puede sobrevivir con tantas maniobras; porque el dinero público no alcanza para sobornar y nos endeudamos cada vez más. Si debiéramos pagar la deuda entre todos, ejemplificó, tendríamos que trabajar seis meses gratis.

La tercera refiere el impulso a la transparencia, pero sobre todo al cambio de actitud tan necesario como impostergable. Es decir, que si a la transparencia se le dota de participación, denuncia y educación, se avanzará mejor hacia el fin último.

La cuarta es obligar desde diversas posiciones a quienes ostentan el poder político a que actúen con voluntad en esta temática, aprobando leyes, creando espacios de reflexión, admitiendo el aporte ciudadano, rindiendo cuentas y comportándose a la altura de las circunstancias históricas.

Para él, y para muchos otros en el salón, las recientes capturas de los ex gobernadores Javier Duarte, de Veracruz, y de Roberto Borge, de Quintana Roo, son buenos síntomas de que se progresa. En todo caso, será una transición lenta, que deberá permear en todas las capas y en todos los niveles.

Impartir conferencias de este calibre en universidades, y poder sacudir las mentes de las actuales y futuras generaciones, es un acierto oportuno considerando el contexto; ese de más exigencias, arremetidas legislativas y castigos ejemplares.

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