Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- El intenso frío que se ha sentido durante los últimos días en Bacalar ha mermado la salud de las más de 20 familias que habitan en la comunidad de Monte Olivo, una de las poblaciones más alejadas de la geografía municipal, debido a que la mayoría de las rústicas viviendas están construidas a base de madera y techo de guano.

El subdelegado, José Francisco Pérez Galicia, señaló que se protegen como pueden de las rachas de aire frío que se sienten, principalmente durante las madrugadas, aunque desde la tarde se establece “toque de queda”, las bajas temperaturas que padecen en esa localidad rodeada de espesa vegetación.

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El prolongado clima gélido ha comenzado a perjudicar la salud de niños y personas de la tercera edad, muchos de los cuales se han enfermado de las vías respiratorias y que son tratados con remedios caseros, ya que para recibir atención médica tienen que trasladarse varios kilómetros hasta la clínica más cercana.

En casa a las 6 de la tarde 

Debido a la intensa humedad generada por la espesa vegetación, después de las seis de la tarde todos se ven obligados a refugiarse en el interior de sus viviendas, donde se calientan con fogones.

“Son contadas las casas que cuentan con paredes de concreto, por lo que muchos recurren a los ‘bajareques’ con cartón para que el aire fresco entre; sin embargo, son alternativas en realidad poco efectivas”, comentó el subdelegado.

Por lo general, las familias recurren a remedios caseros para curar sus males y algunos intercambian medicamentos, añadió Pérez Galicia, debido a que carecen de los recursos económicos suficientes para trasladarse a la clínica más cercana que dista más de 10 kilómetros.

“Estamos a la bendición de Dios y tenemos que arreglárnosla por sí solos”, dijo.