Miguel Ángel Ortíz/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El pueblo de Cobá es visitado cada año por miles de turistas que recorren los vestigios arqueológicos, pero la comunidad tiene sitios que invitan al descanso, a la meditación y a estar en contacto con la naturaleza.

Un mirador recibe al visitante, mientras que una acera de madera los conduce hacia la entrada de la zona arqueológica.

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Ahí se ve una torre, de la cual se desprende un cable que tiene como destino un puente al otro extremo del hermoso y tranquilo lago, en lo que alguna vez fue un atractivo más de la localidad (al estilo de una tirolesa).

La escuela, el parque, y el domo, en el cual algunos jóvenes practican deporte, dan cuenta de la actividad. 

Calles adentro se ve un hermoso patio que alberga la Casa de la Cultura que está compuesta por diferentes edificios, entre ellos el del DIF.  

Al salir del pueblo, la carretera conduce a otro atractivo poco conocido, son los cenotes del ejido Cobá: Tamcach-Há, Choo-Há y Multun-Há..