Cocorocos, proyecto turístico que destruyó el huracán ‘Dean’

Los ejidatarios de Laguna Guerreo y Raudales mantienen la esperanza de poder reactivarlo.

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Actualmente el desarrollo ecoturístico se encuentra abandonado. (Claudia Martín/SIPSE)
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Claudia Martín/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Uno de los pocos desarrollos ecoturísticos que comenzaron a tener éxito en el sur del Estado a principios de este siglo, se convirtió en un desolado paisaje. El huracán “Dean” del 2007 arrasó con un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza, creado por iniciativa de los ejidatarios de Laguna Guerreo y Raudales, y que años después no ha vuelto a ser retomado por falta de recursos económicos.

En su mejor época, el predio de cinco hectáreas contaba con un palapa principal, en la que se encontraba el restaurante, una palapa para eventos sociales, cuatro cabañas para descansar, zona de camping, varios senderos, ideales para pasear en bicicleta, un muelle de madera de 100 metros aproximadamente de largo y una palapa para hamacas.

Actualmente toda esa infraestructura se encuentra entre la maleza, destruida, sucia y en el olvido, aunque basta recorrer unos cuantos metros para descubrir su belleza que prevalece por encima de los embates del clima y el tiempo.

Inversión

Elías Castro Robles, representante del proyecto Cocorocos, precisó que el proyecto requirió de una inversión de un millón 200 mil pesos, recursos del orden federal y estatal.

“El gobierno nos dio el dinero y nosotros pusimos la mano de obra. Hicimos la cocina, el restaurante, un área de descanso de siete por 14 metros, las cabañas, la bodega, un muelle. Todo funcionó al 100% hasta que el huracán llegó y dañó más del 80% de la infraestructura”, dijo.

De acuerdo con el balance que han preparado los 10 ejidatarios que mantienen la esperanza de que el proyecto se recupere, requieren de al menos 400 mil pesos para reactivar el lugar y echarlo a andar.

“Después del huracán, no solo perdimos las palapas y lo material, sino también se fue el trabajo, las ilusiones y ganas de seguir trabajando. Aún tenemos 10 kayaks y 10 bicicletas, y este año iniciaremos con las gestiones para que el gobierno municipal o el gobierno estatal nos pueda echar la mano y reactivar el proyecto, que en su mejor época recibía turistas alemanes y canadienses, así como turistas de la Península de Yucatán”, expuso.

Cocorocos colinda con la laguna. Fue, en su momento, una zona ideal para realizar actividades acuáticas.

Laguna Roja

“En Laguna Guerrero y Raudales hay mucha cultura, tenemos ruinas, la laguna, el río, selva y esto nos hace un lugar estratégico. Cocorocos tiene una laguna conocida en la zona como Laguna Roja o Laguna Escondida, en la que se presume se hacían actividades religiosas u ofrendas mayas. Es una vasta zona virgen que merece ser rescatada y dada a conocer”,  expresó Fidel Cabrera Olivera, ejidatario de la zona. 

Los ejidatarios interesados en rescatar el proyecto, han iniciado con las gestiones para establecer el alumbrado público.

“La mano de obra y el material maderable corre por nuestra cuenta, ya lo hicimos una vez y tuvimos éxito, pero ahora necesitamos un último empujón para reactivar esto, que estamos seguros beneficiaráa a toda la zona”, remató Cabrera Olivera.

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