Octavio Martínez/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.-  Ayer los  puestos de venta de tours ubicados en la Quinta Avenida, que la semana pasada fueron notificados con orden de clausura de parte del Ayuntamiento, volvieron a operar a pesar de la molestia de los comerciantes establecidos. 

A estos se suman otros comercios que son ambulantes y  que están en los alrededores de la zona turística, que realizan su actividad de manera normal, según lo constatado este lunes.

La alcaldesa, Cristina Torres Gómez, había asegurado que no se permitiría el comercio ilegal, pues es una competencia desleal, produce basura y no genera alguna contribución por el bien del municipio.

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Pablo Alcocer Góngora, presidente de la Cámara Nacional de Comercio Servicios y Turismo (Canaco) mencionó que no debe de haber tolerancia a estos comerciantes irregulares. 

El pasado 2 de noviembre se realizó un operativo por parte de la Dirección de Fiscalización y Cobranza en la Quinta Avenida, donde 15 puestos ambulantes dedicados a la venta de tours y otros servicios similares fueron obligados a cerrar por no contar con permisos para realizar la comercialización de sus servicios y se les dejó pegada una orden de clausura por parte del Ayuntamiento.

Los comerciantes alegaron que se contaba con un permiso especial que la administración anterior les otorgó para que pudieran operar sin ningún problema, ante la cual los inspectores mencionaron que no tenía ninguna validez.

Igualmente se mencionó que pagando una multa, de la cual no dieron información, podrían volver a operar, lo que sucedió en algunos casos ayer y otros el fin de semana. 

Esta situación no es nueva para los comerciantes establecidos de la Quinta Avenida, quienes desde el anonimato, por temor  a represalias, mencionan  que cada cambio de administración es lo mismo. 

“A pesar que pagan una multa se ve también que esta no va a parar a las arcas para algún beneficio común, se presta mucho a la corrupción en la que se ven involucrados comerciantes ilegales y los mismos inspectores. Primero se llevan mesas, pagan los ambulantes y vuelven, es un ciclo repetitivo y mientras nosotros que estamos legales no podemos competir así”, expresó Wilfrido, comerciante de la Quinta Avenida.