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Las actividades no dañan las condiciones físicas de los delfines. (Tomás Álvarez/SIPSE)
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Itzel Chan/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- En un estudio realizado por primera vez en los 16 delfinarios de Quintana Roo, investigadores constataron que los cetáceos, al tener contacto con los humanos durante y después del nado, no presentan ni un grado de estrés.

Ante diversas hipótesis realizadas por grupos de ambientalistas, en las que describen que los delfines en cautiverio son constantemente víctimas de tortura y que viven estresados, miembros de la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (Amhmar), junto con investigadores de instituciones científicas, realizaron el primer estudio en el mundo para comprobar esta postura.

“Lo que hicimos fue trabajar con una población de 35 delfines, entre hembras y machos, los dividimos en tres grupos: animales de 1 a 9 años, de 10 a 20 años y los de 20 años en adelante”, explicó Roberto Sánchez Okrucky, director de medicina veterinaria de Dolphin Discovery México y Caribe, en el marco del Primer Congreso Multidisciplinario de Bienestar Animal, que se lleva a cabo en el World Trade Center de la Ciudad de México.

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Esta investigación se realizó a la par con caballos de salto, segmento en el que se tomaron las mismas pruebas, de acuerdo con El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).

A ambos sectores les extrajeron muestras de sangre, mediante las cuales sería posible conocer el esfuerzo muscular y óseo, la necesidad de oxígeno y el grado de estrés (midiendo el grado de cortisol).

“Las pruebas se llevaron a cabo antes y después de las actividades de interacción con los humanos y era muy importante para nosotros conocer los resultados porque de esta forma estaríamos conscientes de las condiciones de los animales”, agregó Sánchez Okrucky.

Tras analizar los resultados en los laboratorios del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), los datos arrojados indican que no hay grado de estrés detectado, además de que el esfuerzo físico no es extraordinario, es decir, no se trata de alguna actividad que dañe o deforme sus condiciones físicas.

En el caso de los caballos, fueron distintos, ya que aumentó el cansancio y el requerimiento de oxígeno.

Esta investigación se agregará a los antecedentes que hay sobre estrés en los mamíferos marinos, ya que existen sobre los efectos que tienen durante el traslado de una locación a otra y captura, aunque esta última acción, según la Norma Oficial Mexicana (NOM)-135, ya no es permitida.

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