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Luis dijo que lo único que quiere es conocer la verdad sobre la muerte de su esposa. (Luis Soto/SIPSE)
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Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- “Con Marcela no se fue la mitad de mi corazón, se fue todo”, dijo Luis, con el corazón compungido, vacío y en duelo por aquella pérdida irreparable de su amor eterno. 

Hoy le llora a un recuerdo, a esos minutos de dicha cuando del fruto de su amor nació Mateo, su primogénito, le llora a aquella imagen cuando vio en ella -su esposa-, el brillo inexplicable del amor de madre. 

“…Aquí te entrego a mi Mateo”, esas fueron las últimas palabras que cruzaron, cuando Luis recibió de los brazos de Marcela al pequeño después de tomarse la foto del recuerdo, sin embargo, nunca imaginaron que todo su proyecto de vida se vería hundido por aquella noche trágica en el hospital, cuando el personal a cargo no controló las complicaciones médicas que se presentaron.

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A nueve días de que Marcela A.T.P., de 32 años, falleciera, Luis y su familia no han podido ofrecerle un funeral, tampoco vivir su duelo, pues este se convirtió en un caso médico legal. Hoy sigue en una plancha fría y sola del anfiteatro.

Luis M.D., comentó que desde el pasado viernes 2 de diciembre, que acudieron a la clínica a revisión, todo estuvo mal, el médico los regresó a su casa porque apenas  empezaban las primeras contracciones, pero el dolor empezó a subir y el sábado antes del amanecer regresaron y fue finalmente ingresada. 

       Foto: Luis Soto

“Durante esas horas de espera controlábamos los dolores con respiraciones profilácticas las habíamos tomado durante el embarazo, pero ella sufría y yo por igual y así pasamos el día hasta que el médico llegó al anochecer, la prepararon y una hora después nació Mateo. Se veía feliz, dichosa, lloraba de alegría”, dijo con la voz quebrantada por el llanto. 

¿Cómo era Marcela? A ella le sobraba amor, su sonrisa contagiaba, era mi mejor amiga, mi apoyo, mi esposa…

Nos vamos a querer mucho

Hoy, Luis le llora a la muerte, al vacío que le han dejado en su vida y con su partida, ha quedado la promesa de velar por su hijo y nunca abandonarlo “…le digo a mi bebé que nos vamos a querer mucho, que nunca lo voy a dejar, hoy no me quiero separar de él, quiero estar toda la vida a su lado…”

Con lágrimas en los ojos por aquella herida aún abierta, dijo que lo único que quiere de esto, es conocer la verdad que se le negó desde el primer momento en que su esposa tuvo aquella extraña complicación y que a Mateo le den el derecho a registrarlo porque hasta ahora no ha podido hacerlo.

“Queremos el apoyo de las autoridades y que se llegue hasta las últimas consecuencias, y si alguien cometió algún error entonces que pague, porque ahorita fui yo y lo voy a sufrir toda la vida, por eso no quiero que más familias sufran por estas omisiones porque a ellos no les importa el ser humano, sino el dinero y no se vale”, dijo.

(Video: Sergio Orozco)

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