Licety Díaz/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- En la actualidad existen padres que no conciben educar a los hijos sin el maltrato físico. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); el 3.6% de la población nacional considera que los niños no tienen derechos por ser menores de edad.

Saúl García Argote, coordinador de la Casa de Asistencia Temporal del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), dijo que este tipo de padres golpea a sus hijos porque así fueron educados, les cuesta admitirlo y no lo identifican como violencia.

Es parte de la educación (...) de la población, la violencia continúa normalizada  e invisible, señaló.

Indicó que para ellos es normal, piensan que así es para que obedezcan en un momento determinado. Lo justifican diciendo que lo maltratan o le pegan para que se eduquen, pues ni siquiera se dan cuenta que en muchas ocasiones eso es violencia. Creen que simplemente es una manera de corregir y encaminar a los menores hacia algo que ellos dicen.

Explicó que una de las características básicas de la violencia es que se reproduce y se replica. Estas personas que están tratando de educar a sus hijos con actitudes violentas como golpes, gritos, así fueron educados, por lo que lo ven normal en la educación de sus hijos.

García Argote comentó que hoy en día existe mucha más educación, incluso en las escuelas se plática en ese sentido, están las pláticas de los difusores de los Derechos Humanos, sin embargo la violencia sigue como algo normal dentro de los usos y costumbres y la manera de tratar a los menores.

Nelly Prieto Mendoza, psicoterapeuta y especialista en Desarrollo Humano, señaló que no es bueno disciplinar a los niños con golpes, pues nada justifica una agresión.

“Los niños o niñas no tienen necesidad de aguantar agresiones”. Existen talleres para dejar de vivir con esa conducta. Manifiesta que en estos casos hay habilitar la inteligencia, y si el individuo no sabe debe preguntar o asistir con un psicólogo. En ocasiones buscar libros de ayuda con técnicas del manejo del enojo, para asumir la responsabilidad y una forma diferente de actuar.