Benjamin Pat/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Después de varios días de que los camiones comenzaron a depositar la basura en la entrada del basurero de la ciudad, este martes los desechos sólidos alcanzaron la carretera federal 295 Río Lagartos-Felipe Carrillo Puerto.

Dicha situación provoca que los vehículos que circulan de sur a norte, tengan que invadir el carril contrario para cruzar por el lugar, sin que las autoridades municipales tomen cartas en el asunto.

En el lugar se encuentra una maquinaria estacionada, la cual solo ha retirado un poco de basura en la entrada del sitio, sin embargo, cerros de basura aun permanecen a la orilla de la vía federal.

También te puede interesar: Preparan magna Expo- Forestal 2016

De acuerdo con algunos pepenadores del sitio, la maquinaria no cuenta con el combustible necesario, es por ello que el operador dejó a medias, la limpieza de la entrada.

“Ya comenzaron a quitar la basura que está muy cerca del camino y la entrada. Pero solo vinieron un momento y así lo dejaron. Quien sabe hasta cuándo quede”, mencionó una de las personas en el lugar.

Cabe destacar que la situación empeoró, luego de que algunos ciudadanos acuden en camiones particulares para tirar la basura en la zona, sin embargo, al no haber paso comenzaron también a dejarlo en la orilla.

“Eso de que vienen a tirar basura siempre lo hacen. Dicen que tardan en pasar a recogerlo por eso lo traen hasta aquí. Pero al estar todo tapado, esta es la consecuencia”, señaló uno de los pepenadores.

Descuido latente 

El problema de la basura en la ciudad de Felipe Carrillo Puerto comenzó desde enero pasado con el problema de la recoja, sin embargo, la situación empeoró al descuidarse el basurero a cielo abierto, ubicado a siete kilómetros de la cabecera municipal.

De acuerdo con la información recabada, el relleno está concesionado por las autoridades a la persona física Ricardo Ovando, para el manejo y reciclado de los desechos sólidos.

Sin embargo, al parecer son las autoridades municipales las que tienen que dotar de combustible a la maquinaria para hagan su labor, mientras que el concesionario solo aprovecha el reciclaje.