Confunden a sacerdote con terrorista; lo bajan de un avión en Cancún

Las autoridades lo acusaron de alterar el orden y sembrar pánico entre los pasajeros de la aeronave.

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La declaración escrita de puño y letra por el sacerdote. (Rafael Pérez/SIPSE)
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Rafael Pérez/SIPSE
CANCUN, Q. Roo.- Minutos de zozobra vivieron el pasado 22 de enero, los pasajeros de un vuelo comercial que despegaría en la terminal dos del Aeropuerto Internacional de Cancún, pues un sacerdote protagonizó un incidente a bordo del avión que sembró el pánico entre los pasajeros.
 
A las 8:30 de la mañana, durante el abordaje del vuelo 701 de Volaris, con destino a la Ciudad de México, una sobrecargo le preguntó a Mario Virgilo Zúñiga Rojas por el número de asiento que la aerolínea le había asignado; él respondió el 19-C. La aeromoza le precisó que eran 30 filas de asientos. En ese momento, como según consta en una declaración escrita de su puño y letra, Zúñiga Rojas, pensó por los nervios: “y si me caigo y se accidenta el avión somos 180 muertos. Dios me libre”, y comenzó a rezar el rosario.
 
El capitán del avión, Diego Trejo, solicitó que Zúñiga Rojas fuera bajado del avión, “en virtud de alterar el orden y sembrar pánico entre los pasajeros”, señala el documento de la puesta a disposición que hicieron ante un juez cívico elementos de la Policía Federal, asignados a la terminal aérea de Cancún.
 
El oficial Rogelio Radames Orozco Montejo y los suboficiales Mario Alberto Rojas Jurado y Gabriel Bernardo Miranda Carrillo, respondieron a la solicitud de apoyo que hizo el jefe de operaciones de Volaris, Ricardo Félix Martínez, y procedieron a asegurar a Zúñiga Rojas, a quien trasladaron al médico en turno para que certificara su integridad física. Después fue llevado a las instalaciones de la Policía Federal para turnarlo con el juez por alterar el orden y la paz públicos.
 
Los oficiales verificaron con el policía tercero Juan Miguel Velásquez, si el ministro de Dios tenía antecedentes penales en Plataforma México; salió negativo. 
 
Zúñiga Rojas resultó ser un sacerdote de 53 años de edad, con domicilio en la Ciudad de México, en cuya declaración escrita afirmó que la expresión por la que lo bajaron del avión “fue por los nervios”. Rechazó haber alterado el orden y haber ocasionado pánico.
 
El sacerdote llevaba consigo dos credenciales, una expedida por el IFE y otra, por la Arquidiócesis Primada de México, dos celulares, un reloj y 8 mil 770 pesos; salió libre tras pagar una multa de mil 800 pesos, por alterar el orden público. Un grupo de abogados arribó al centro de retención para solucionar el problema del cura.
 
No se dio a conocer si el vuelo despegó a tiempo sin el padre Zúñiga Rojas.

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