Lara Alfaro/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El consumo excesivo de café durante el embarazo es uno de los detonantes para que los pequeños nazcan con reflujo gástrico, padecimiento que debe ser atendido por el especialista de inmediato. 

Lo que sucede al ingerir este producto, así como alcohol, tabaco, explicó Andrés Ruíz Vázquez, coordinador médico del Hospital General “Jesús Kumate Rodríguez”, es que se cierra total o parcialmente el píloro, que es la unión entre el esófago y el estómago. 

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“La incidencia de esta patología es de un caso por cada 100 nacimientos, y la mayoría de estos niños deben ser operados para abrir de nuevo la obstrucción y así lograr una buen trabajo gástrico”, sostuvo. 

Al año, en el centro de salud atendemos un mínimo de 4 mil nacimientos, dijo, lo que indica que por lo menos 400 bebés nacen con esta afectación, que de no ser total se recetan fármacos durante 30 días para lograr la mejoría, de lo contrario, son intervenidos quirúrgicamente con éxito. 

“Es importante en estos casos hacer una buena historia clínica y asegurarse que la madre incurrió en la ingesta inadecuada de café, alcohol o tabaco durante la gestación, ya que puede tener otros orígenes”, explicó. 

Síntomas de reflujo

Por otra parte, es posible que los síntomas del reflujo se deban a que el niño padece una intolerancia a ciertas proteínas que contiene la leche, indicó Margeris García, pediatra de Pabellón Caribe. 

Algunos bebés con este problema, dijo la especialista, no aumentan de peso adecuadamente porque no pueden mantener suficiente comida en su estómago, mientras que otros pierden el apetito debido al ácido estomacal que sube por el esófago y puede dañar la garganta. 

“Otras de sus causas es la inmadurez o debilidad del píloro, es allí cuando el alimento acaba por volver al esófago y de ahí a la boca, y es uno de los trastornos digestivo más comunes entre los recién nacidos”, dijo el galeno. 

Lactancia materna

El Instituto Nacional de Pediatría de México (INP) recomienda, como primera medida, mantener la lactancia materna el tiempo necesario, ya que la leche de la madre contiene las necesidades energéticas adecuadas y posee un vaciamiento gástrico rápido disminuyendo el número de reflujos.

Del mismo modo, señala que mantener al niño en posición vertical, sin moverlo mucho, después de cada toma  e intentar que eructe varias veces, ayudan a aliviar el problema.