Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Aplican técnicas de arquitectura maya para crear arte. Con pinceladas y acabados en estuco (mezcla de arcilla que forma una especie de pasta), una familia de la comunidad maya Nuevo Valladolid, realiza pinturas al óleo con un solo fin: conservar el legado que dejó la cultura maya en estas tierras. 

La familia integrada por los papás y sus cuatro hijos ha hecho del arte su forma de vida, dedicando días, semanas y años a simplemente dejar volar su creatividad para reflejar en sus pinturas su arte fino.

Javier Cachón, artista plástico, es originario de Tabasco. Llegó a la entidad en unas vacaciones para conocer a detalle, las creaciones de esta cultura prehispánica así como los elementos que utilizaban para crear esa imagen de resaltado en sus piezas. 

En sus lienzos plasma diversos matices y texturas del Caribe mexicano. Comentó que se le conoce bien por su estilo no solamente en la entidad sino a nivel internacional. La mayoría de sus obras las matiza de azul turquesa como el Mar Caribe, y el verde de la selva que combinados con los elementos mayas hacen de sus piezas únicas.

Desde hace 19 años Javier ha hecho por lo menos 900 obras de arte, mismas que ha exhibido en la Casa de Cultura de Cancún y en la feria de arte de Holbox. De sus clientes habló que en el recuento de los años tiene algunos hoteles que le compran sus creaciones, sin embargo quienes lo visitan más son turistas nacionales e internacionales. 

Su hogar está a pie de carretera con dirección a Mérida pasando la desviación para el poblado de Agua Azul. Comenta que desde la universidad tuvo gran afinidad por la cultura maya. “Me gustaba la manera en que distribuyeron su arquitectura, su ubicación, me impresionaba que lo hayan hecho a orillas del Mar Caribe”, expresó.

Al estudiar la manera de cómo construían y al conocer los sitios arqueológicos de Chichen Itzá y Tulum, la técnica de estucado, le enamoró. El estuco era como una mezcla o pasta que servía como repello y los escultores y afiladores realizaban los acabados y labrado de la piedra. 

Karen Rodríguez Cano, esposa de Javier, al igual que sus hijos forman parte del equipo quienes comparten el gusto por la pintura. Para hacer sustentable su negocio, son ellos mismos, quienes realizan sus propios bastidores para sus obras. 

Para Javier el vivir enclavado en las comunidades mayas le ha dejado grandes frutos, pues en su día a día aprende más sobre las costumbres y su cultura. 

Óleos que reflejan calendarios mayas, manzanas, cerezas, tortugas, jaguares, e infinidad de piezas se ven desde lejos en plena carretera, pues su fachada muestra sus pinceladas para el gusto de los visitantes, quienes incluso detienen su viaje y salen de su sala de hogar con sus lienzos. “Me inspira el color del mar, la zona maya y mi familia”, expresó.