María Elena Macías Navarrete, empleada de una empresa telefónica, adelanta sus compras para tener por anticipado los ingredientes y preparar su cena de año nuevo que constará de romeritos, pierna y bacalao, además de preparar ensalada navideña, flan napolitano, vino tinto, uvas y refrescos para la cual están invitados tres familiares y su familia nuclear compuesta de sus tres hijos y esposo.

 

Además de comprar regalos para el intercambio que año con año realiza con los familiares que llegan a ésta ciudad a compartir esta festividad.

 

Mientras que para otras personas la cena es lo de menos y van a los supermercados en busca de botanas, pero sobre todo de bebidas alcohólicas: whisky, cerveza, vodka, ron y demás variedad de bebidas para “pasarla bien esta fecha que es para celebrar”, opinó Patricia Villanueva Aguilar, de 30 años y anfitriona del festejo de fin de año. 

 

En contraste, decenas de familias visitan el Hogar de Cobija y Pan de la Casa de Alegría para comprar los pocos productos que ofertan para alimentar a sus familiares en estos días y si “sobra” preparar como cena para esperar el año nuevo, como  Úrsula Briceño Fuentes, una de las tantas personas que acuden en busca los alimentos. 

 

Esta madre de familia, de 37 años de edad, pudo adquirir paquetes de pasta, frijoles, arroz, galletas con no más de 100 pesos, gracias a los precios accesibles que no rebasan los 10 pesos por unidad, los cuales almacenará para poder echar mano del recurso en tiempos difíciles, que son casi siempre y así poder dar de comer a sus cuatro hijos.

 

Agradeció a Dios que no ha tenido la necesidad de quedarse sin comer un solo día, pero cenas especiales no habrá para recibir el año venidero, aunque seguro preparará un espagueti con crema que compartirá en familia.