En el foro “Impulsando a México... La fortaleza de sus instituciones”, el presidente Enrique Peña Nieto criticó el que se culpe a la corrupción de todos los males que aquejan a este país, lo curioso es que la bienvenida al evento corrió a cargo del propio anfitrión Carlos Hank Rhon, hijo homónimo de quien alguna vez se consideró como el líder del “Grupo Atlacomulco” y creador de la frase: “un político pobre es un pobre político”, además, Hank Rhon es dueño del Grupo Financiero Interacciones, que organizó el foro.

El Financiero y Bloomberg, firmas participantes en el patrocinio de este evento, dieron a conocer en 2015 que el Departamento de Justicia de Estados Unidos investigaba acuerdos entre Citigroup y otras empresas vinculadas a Hank Rhon, por sospechas en controles de lavado de dinero del banco.

Ese mismo año el International Consortium of Investigative Journalists publicó un documento que relaciona a Hank con presunta evasión de impuestos entre 2005 y 2007, pero hay más escándalos. A Carlos Hank Rhon y a su hermano Jorge se les relacionó con el narcotráfico y lavado de dinero a través del Laredo National Bank, en una nota publicada el 31 de mayo de 1999 también en el diario El Financiero.

Si bien mi afán no es escribir sobre Carlos Hank, es necesario mencionar algunos de sus escándalos a colación del tema que quiero abordar: la poco atinada participación del presidente Peña Nieto y el incongruente foro.

La ironía y la desfachatez se hicieron presentes en el foro Impulsando a México y que tuvo como slogan “la fortaleza de sus instituciones”, pues es irrisorio que éste inicie con la intervención de un hombre al que se le conoce por múltiples acusaciones de corrupción, fruto de la debilidad de las instituciones y lagunas de las leyes de este país; es igual de irónico que salga a colación la pregunta: ¿en este sexenio se está perdiendo la batalla contra la corrupción?, y que sea la respuesta ambigua, con ejemplos vergonzosos, y que sea la nota en la mayoría de los medios de circulación nacional.

La credibilidad en las instituciones está por los suelos, y de poco han servido para modificar esta imagen negativa los Sistema Nacionales Anticorrupción y de Transparencia, aunque mucho lo presuma el titular del Ejecutivo, y es que hace unos cuantos días se dio a conocer que México es el país más corrupto de América Latina, pues el 51% de mexicanos encuestados ha sobornado autoridades, esto según el informe presentado por la organización alemana Transparencia Internacional.

Peña Nieto debe estar consciente de la poca credibilidad con la que cuenta, hoy no tiene la autoridad para criticar a quienes culpan, de todos los males que hay en el país, a la corrupción, además con ambiguos, livianos y poco sensibles ejemplos, como insinuar que la tragedia del socavón en el paso exprés de Cuernavaca se hubiera dado con o sin corrupción, cuando sabemos que gracias a ésta ocurrió la muerte de dos miembros de una familia, una tragedia que se pudo evitar.

Si bien la corrupción no es la causa de todos los males de México, sabemos que está arraigada en nuestra cultura, que los ciudadanos, como tú y yo, vivimos día a día con ella, que el presidente, en vez de criticar la percepción de la mayoría, qué tal si mejor nos dice cómo solucionarlo. Y le propondría señor presidente trabajar a largo plazo en mejorar la educación, pues sus deficiencias sí son la causa de todos nuestros problemas, incluyendo la corrupción, ah, pero se me olvida: es más difícil gobernar a un pueblo educado, y sin corrupción tal vez no existirían empresarios como el que realizó ese foro y le dio la bienvenida.