Carlos Castillo/SIPSE
RÍO HONDO, Q. Roo.- La Unión de Ejidos de Bacalar, hace un llamado a organizaciones campesinas y funcionarios de Gobierno para que hagan un planteamiento a fin de reactivar el campo y solucionar el problema de la crisis alimentaria.

Román Guzmán González, presidente de la unión de ejidos, indicó que después de las elecciones, los funcionarios están tomando partido y existe temor de que los campesinos vuelvan a ser marginados en cuanto a programas por haber apoyado a una fuerza política diferente a la que hoy se encuentra en los diversos puestos del gobierno.

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Exhortó a todos los involucrados a reunirse para ponerse a trabajar y hacer propuestas viables y negociadas, a fin de resolver la problemática.

Destacó que se deben repensar los problemas del campo para buscar soluciones negociadas con el subsidio para los campesinos y el apoyo en semillas y fertilizantes, así como el tema de la comercialización que es el principal talón de Aquiles de los productores que junto con el mal estado de los caminos saca cosechas  laceran el campo bacalarense.

“Nosotros pedimos que se escuche y trabaje muy de cerca con la gente del campo, que los recursos ya no se queden en el escritorio y en el pago de una burocracia ociosa, basta de simulación", pidió  Guzmán Gonzales.

Recalcó que la falta de políticas públicas ha generado graves problemas como la migración, el abandono del campo, más pobreza, pero sobre todo una crisis alimentaria que se debe resolver en lo inmediato.

“Es doloroso el abandono que enfrenta el agro  y que ha generado otros problemas muy graves que el gobierno no quiere ver, un ejemplo es el fenómeno migratorio, la desintegración familiar, mayor pobreza”, dijo.

Explicó que hay comunidades de Bacalar donde los campesinos se van a trabajar en la construcción a otros lugares, y son las mujeres las que trabajan la tierra, en muchos casos solo para autoconsumo y las familias están tan pobres  que  no tienen ingresos ni para adquirir una canasta básica lamentó el dirigente campesino.

Y es que la falta de apoyos limita la siembra y si no hay siembra no hay trabajo para la limpieza de los cultivos, por lo que las condiciones de pobreza cada vez aumentan en comunidades remotas donde los habitantes viven únicamente de los animales de traspatio y de uno que otros cultivos.