Rubi Velázquez/ SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La vida de Rosa Parra Lugo, madre de familia cambió por completo el 24 de agosto del año 2000, al recibir la noticia de que tenía cáncer de mama, pero no cambió de forma negativa, por el contrario, aprendió a partir de ese momento que “la palabra cáncer no es muerte, sino un deseo infinito de vivir y el deber de seguir luchando”.

Aún recuerda esa tarde, “una tarde fría y nublada, aún con el intenso calor de Cancún”, tal vez su percepción o tal vez la realidad, pero eso es algo que ella jamás olvidará.

“La noticia cayó como agua fría, pero la recibí tranquila”, y más tarde rodeada de sus seres queridos decidió no alarmarse y en lugar eso, ocuparse de inmediato en combatirlo. Para ello, viajó a su lugar de origen, la Ciudad de México, donde siete días después del diagnóstico fue intervenida.

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“La cirugía no es final del proceso, sino el comienzo, para curarte requieres de muchas cosas, de ir con el doctor, medicamentos, la intervención, quimioterapias, radioterapias y muchas otras cosas, pero hay algo esencial que no debe faltar, las ganas de vivir y una actitud positiva ante la vida”.

Rosa asegura que tres factores fueron puntos clave para salir adelante y ganarle la batalla a la enfermedad: Dios, la medicina y una actitud positiva.

Comentó que sin importar si los demás son creyentes o no, el sentirse vulnerable impulsa a cualquier ser humano a aferrarse a algo, ella escogió a Dios como su tabla de salvación, la mejor elección, ya que la llevó a tierra firme, y la ha orientado para poder ayudar también a otros por medio de su testimonio.

En ese entonces, Parra Lugo tuvo que salir de Cancún para poder ser atendida, pero hoy en día, el centro del país o Mérida no son las únicas opciones, se cuenta también con seguro popular a nivel nacional, oncólogos en la localidad y un hospital privado especializado en cáncer. “Desafortunadamente es una enfermedad muy cara y los gastos seguirán toda la vida, te debes seguir haciendo estudios y algunos casos volver al tratamiento, es una lucha constante, pero debes tener claro que cuando de vida se trata, nunca debes de dejar de pelear”.

Actualmente Rosa es integrante de Grupo Desafío, organismo civil que apoya a mujeres con cáncer y tras su experiencia sabe que “aunque parezca egoísta, uno siempre debe ponerse en primer lugar, para que puedas atender a la familia o a los hijos, debes de estar primero bien tú, así que no es egoísmo es una realidad”.

“Quiero decirles a todas las mujeres que se quieran, el cuerpo es muy sabio y cuando algo le duele hay que ponerle atención”.