Cumplieron los diputados

Sorprendió la apertura de la diputada Eugenia Solís Salazar para que el Poder Legislativo de Quintana Roo pudiera tomar nota de las posturas de muchos periodistas sobre el asunto de la protección a quienes nos dedicamos a informar y formar opinión en el estado...

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Sorprendió la apertura de la diputada Eugenia Solís Salazar para que el Poder Legislativo de Quintana Roo pudiera tomar nota de las posturas de muchos periodistas sobre el asunto de la protección a quienes nos dedicamos a informar y formar opinión en el estado. La legisladora no sólo facilitó, sino incluso alentó las expresiones de un amplio, tal vez mayoritario sector que no está precisamente cerca del poder vigente, cuyos comunicadores afines aparentemente habían llevado la voz cantante casi como concesión exclusiva. Como primer testimonio, estamos en condiciones de certificar que dicha asimetría, al menos en las formas, quedó superada.

Los prolegómenos de los foros hacían temer que se tratarán simplemente de planchas para legitimar una decisión tomada de antemano a favor de los partidarios de tirar a la basura la legislación vigente, toda vez que el gobernador Carlos Joaquín González envió el mes pasado a la XV Legislatura una iniciativa precisamente para la abrogación; tal vez sea “avionazo”, pero el martes en la mampara y la papelería se leía justo lo que debía decir – “Foro de Consulta Ciudadana para el ‘Análisis de la Ley para la Protección de Derechos Humanos y Periodistas del Estado de Quintana Roo’”– y desde la inauguración se daba a entender que no se trataba de una clínica psiquiátrica para la atención de los traumas del borgiato y el apapacho de las víctimas del desalmado Beto.

Aparte de lo que suceda en los eventos a realizarse esta misma semana en Felipe Carrillo Puerto y Cancún, lo sucedido en la capital estatal dejó muy claro que el compromiso que ha hecho expreso el presidente de la Gran Comisión Eduardo Martínez Arcila de atender a todos los quintanarroenses y no sólo –como dicta la tradición– a los favoritos del régimen se hizo patente: siendo realistas, los diputados del cambio se metieron a la boca del lobo, pues era bien sabido que la mayoría de los reporteros meridionales no simpatizan con la abrogación, pero lo hicieron dando la cara y propiciando un ambiente deliberativo todo lo contrario a una no sin fundamentos temida hostilidad. El ambiente resultante tuvo sensibles rasgos democráticos y republicanos que el mismo Voltaire habría celebrado.

Como era de esperarse y en congruencia con lo que hemos expresado aquí y allá –aunque tal vez sin esa contundencia, que significó la total unanimidad de unos 60 o más participantes en mesas repletas–, los periodistas de Chetumal nos manifestamos en contra de la abrogación, aunque la nota se la llevó el espabilado diputado Emiliano Ramos Hernández al pronunciarse, con argumentos impecables, en el mismo sentido reformista. Ya abundaremos.

Hacemos votos porque de igual manera, con apertura y sin prejuicios –con respeto a todas las posturas, incluidas justa y necesariamente las discordantes con nosotros–, el ejercicio complete nuestra geografía concluyendo el sábado en Cancún con una perspectiva clara para un asunto importante y urgente… y que no sea puro atole con el dedo.

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