Claudia Martín/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- “Estoy vivo…”, fueron las palabras del artista plástico Elio Carmichael Jiménez, cuándo las enfermeras de la Clínica Carranza abrieron la puerta de su habitación para proporcionarle atención.

Afuera esperaba su sobrina Edita Monroy Carmichael y su padre Luis Monroy Farías, quienes pretendían trasladarlo a la Clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) de la capital del estado, para su valoración y posterior traslado a la ciudad de Mérida, Yucatán, para que reciba la atención apropiada a su padecimiento de cáncer. 

“Lo tienen retenido o sustraído. La familia no se puede acercar, él está muy mal. El médico Oscar Rosaldo pretendía operar a mi tío Elio por una bola, mi padre qué es médico le dijo que eso con medicamento desaparece no es necesaria una operación y se molestó el doctor. El cirujano ya dijo que no es posible operar por su estado de salud”, mencionó Edita Monroy Carimichael. 

El cambio de clínica no se realizó, debido a que personal del Congreso del Estado se encontraba custodiando la puerta, respaldados con un documento supuestamente firmado por el muralista, pidiendo la custodia y negando el acceso a sus familiares.

A la letra el documento dice: “…habrá una persona de seguridad las 24 horas del día en la puerta de mi habitación marcada con el número 10 en esta clínica". 

Además señala: “no omito manifestar que así como solicito que a la señora Edita Monroy Carmichael, no se le atienda cualquier petición que haga a esta clínica, también respetuosamente le solicito se omita cualquier petición que realicen los señores, Luis Monroy Farías y/o María Luisa Monroy Carmichael, toda vez que estas personas no son consideradas por un servidor como personas autorizadas para decidir sobre un servidor”.

En ese mismo sentido, la sobrina del artista precisó que si su tío tiene cáncer, por humanidad debe estar con su tratamiento de oncología, responsabilizando al doctor Oscar Rosaldo y a quien corresponda en la Clínica Carranza, porque brindar tratamientos paliativos que no ayudan en nada al paciente.