Trabaja de sepulturero desde hace ocho años

Víctor Sánchez comentó que es un trabajo tranquilo, en el que no hay que cuidarse de los muertos, sino de los vivos.

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Llegó en busca de trabajo como albañil, pero al no hallarlo aceptó el de sepulturero en el panteón "Los Olivos". (Tomás Álvarez/SIPSE)
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Agencias
CANCÚN, Q.Roo.- Víctor Sánchez trabaja desde hace ocho años como sepulturero en el panteón municipal de Cancún, a donde llegó en busca de trabajo como albañil, pero al no hallarlo aceptó éste otro en el que ya suma varias anécdotas, informó Notimex en su portal web. 

“Llegué pedí el trabajo y me lo dieron, de albañil en obra no encontraba y acá ya llevo ocho años, aunque suene extraño, es un trabajo normal y común”, explicó.

En entrevista que ofreció antes de empezar a trabajar, consideró que no es difícil lo que hace, aunque si mucha carga emocional pues tiene que controlarse, por ejemplo no puede estar bromeando mientras prepara una sepultura.

“No podemos hacer mucho ruido, ni bromear y pues aunque estemos de muy buen humor tenemos que mantener la seriedad por respeto, eso a veces nos cuesta pero es parte de este trabajo”, explicó.

Originario de Calotmul, Yucatán, destacó que hasta cierto punto es tranquilo su trabajo, que a veces tienen que lidiar más con los vándalos, los pandilleros que merodean el panteón y que incluso golpeaban a los encargados de la vigilancia nocturna.

“Es como un trabajo más, acá no espantan, no hay que preocuparse de los muertos, pero si de los que se quieren pasar de vivos afuera”, comentó.

De hecho, detalló, en este momento no hay vigilancia nocturna en el panteón, pues los vigilantes con frecuencia eran golpeados y asaltados por vándalos de la zona.

Sobre el momento más complicado que ha tenido que enfrentar, recordó que hace como un año, familiares de una persona que depositaron en la fosa común, lograron identificarlo y pidieron la exhumación de los restos.

“Aparecieron los familiares y tuvimos que abrir la fosa común, sacarlo y entregarlo para cremarlo. Fue un momento difícil a la hora de sacar los restos y ponerlos en la carretilla”, recordó.

De igual forma, resaltó que como cada año, en estas fechas aumenta considerablemente el movimiento en el panteón, pero que el resto del año, la afluencia es mucho menor, salvo de las personas que van a un entierro.

De acuerdo con cálculo que hace, la afluencia regular al panteón municipal “Los Olivos” es de hasta 400 personas que visitan a sus difuntos, sobre todo los domingos, mientras que para las celebraciones del uno y dos de noviembre, las autoridades esperan a más de 10 mil personas.

Según información de la Operadora y Administradora de Bienes Municipales (Opabiem), que administra el panteón, el promedio mensual de sepulturas es de 80 al mes, es decir, poco más de dos al día, aunque hay ocasiones que llegan a 90.

Además, un reporte de la misma Opabiem establece que en noviembre del 2012 la cifra fue de 108 entierros, sin que se tenga una explicación, señaló el titular del organismo, Julio César Martínez Cuesta.

En la entrevista, Víctor Sánchez comentó que a pesar de que suele ser más barato incinerar el cuerpo, la gente prefiere enterrar a sus familiares y que de cada 10 servicios, dos son cremaciones, que se realizan en el horno del panteón “Los Olivos”.

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