Redacción/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Las celdas no son impedimento para seguir delinquiendo. Los hermanos Moreno Colunga y sus cómplices, quienes se encuentran en la Cárcel de Cancún bajo un proceso por el delito de uso y falsificación de documentos, desde el pasado noviembre, siguen operando el “negocio” desde adentro del centro de reinserción.

Eduardo y Dulce Sarai, son originarios del Distrito Federal, fueron detenidos el miércoles 13 de noviembre del 2013 en la Región 91, sobre la avenida López Portillo, junto con cinco personas, entre ellos tres cubanos, cuando se organizaban para realizar compras fraudulentas con tarjetas de crédito clonadas.

En esa fecha les aseguraron 27 tarjetas bancarias, un lector de tarjetas, una computadora y tres vehículos: Atitude, Jeep y un Civic. Estas dos últimas unidades las habían adquirido en Chiapas con cheques sin fondo.

En menos de 48 horas, el agente del Ministerio Público del Fuero Común (MPFC) los consignó a un juzgado penal, bajo la averiguación previa 2908/2013 por los delitos de falsificación de documentos y uso de documentos falsos.

A cuatro meses de su captura, esta banda de clonadores sigue operando desde el interior de la Cárcel, en complicidad con custodios de este centro, que les permite a sus familiares pasar celulares, para que puedan tener comunicación con sus cómplices. Fuentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) tienen conocimiento que los hermanos tienen comunicación por celular con clonadores en el Distrito Federal y en este destino turístico.

Eduardo es quien les da órdenes, desde le interior, para que abran cuentas bancarias, específicamente en el banco “Abanco”. Porque tienen que recapitalizarse con la clonación de las tarjetas. También habla de los plásticos a donde se deben de entregar.

En febrero pasado, los hermanos Moreno Colunga y otros sujetos tuvieron acceso a una botella de whisky, la cual consumieron en su celda.

Dulce Saraí estuvo conviviendo también, a pesar de tener un embarazo de riesgo. La mujer se relacionó sentimentalmente con Fernando Bernardo Soriano Arroyo, quien tiene poder dentro de la Cárcel, es quien maneja la tienda en el lugar. Actualmente se encuentra bajo proceso penal por el delito de violación en agravio de su empleada de 17 años de edad.

La estrategia de Dulce Saraí es tener una buena relación con Soriano Arroyo para poder tener acceso a privilegios dentro del centro de reinserción y poder operar el “negocio” de la clonación de tarjetas de crédito.