Itzel Chan/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Quintana Roo cuenta con al menos 25 especies maderables que tienen potencial para ser explotadas en el mercado y que incluso tienden a multiplicar su valor comercial hasta tres veces más que el cedro y la caoba (las más comunes y más explotadas), sin embargo, desde hace más de 30 años sólo cinco son las que se usan para producción y exportación.

“Sí lo vemos a nivel potencial, hay más especies en el Estado que pueden distribuirse en el mercado, pero se requiere tener apoyo para que la industria lo pueda procesar, porque la producción sería mucho mayor si se agregan especies”, comentó Paulino Rosales Salazar, subgerente de restauración y conservación en la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

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Las que actualmente se aprovechan son el cedro, caoba, ciricote, tzalam y chechén, sin embargo, especies como el jabín, granadillo, zapatillo, silillón, katalox, entre otras, cuentan con alto valor comercial.

“Son consideradas como tipos de madera Corrientes Tropicales, pero no tienen nada de corriente porque son igualmente duraderas, fuertes, decorativas y que pueden ser para uso múltiple”, agregó el especialista.

Las mejores pagadas

Actualmente el cedro y caoba son las mejor pagadas, pues tienen un costo de 30 pesos aproximadamente por “pie de tabla”, y el resto de la madera se paga en 12 pesos, no obstante, si se le añade valor por estar sembradas en terrenos certificados, costarían arriba de 80 y 90 pesos, valor que países de Asia y Europa estarían dispuestos a pagar, pues muestran interés por la madera decorativa y de mucha duración.

En el Estado hay cerca de tres mil hectáreas certificadas ante la Conafor como aprovechamiento sustentable, en las que son albergadas algunas de las especies que son desaprovechadas.

El desconocimiento de los productores acerca del uso que es posible darle a estas especies se debe a que desde hace más de 40 años en la Península de Yucatán se explotan con mayor fama y distribución la caoba y el cedro, por ser consideradas como madera preciosa, información que se transmite de generación en generación.

Entre ambas especies, anualmente en promedio se aprovechan 3.6 millones de metros cúbicos, con un valor aproximado de 194 dólares por metro cúbico. 

De 437 reportadas en Campeche, Yucatán y Quintana Roo, es la entidad caribeña la que concentra 300 especies arbóreas que son maderables, de acuerdo con Henricus Vester y María Angélica Navarro-Martínez, investigadores de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).

La familia de zapotes

La familia de zapotes tiene dos especies maderables de uso común: el zapote y el silillón, aunque la primera es la más abundante en el Estado, por otro lado, su pariente el zapotillo, también tiene oportunidad de ingresar al mercado, describió el investigador Vester.

La caoba continuará como la especie más explotada aún en los próximos años, pues Quintana Roo junto con Puebla, Veracruz, Yucatán, Campeche, incluso Brasil y Bolivia, forman ocho kilómetros de selva exclusivamente de esta especie.

Paulino Rosales considera que aún después del turismo, la producción forestal podría colocarse como la segunda actividad económica con mayor ganancia en el Estado, sin embargo, la oportunidad ha sido desaprovechada hasta el momento.