Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La falta de solvencia económica, así como el abandono de las tumbas son los principales problemas que enfrentan las autoridades del Cementerio Municipal de Othón P. Blanco para concluir con el programa de actualización.

La duplicidad en la documentación de dos tumbas al interior del panteón municipal, generó que el Ayuntamiento de Othón P. Blanco realice un programa especial de actualización, para darles certeza jurídica a los propietarios de los sepulcros.

A poco más de un año del programa de actualización sólo el 50% de los cuatro mil 500 propietarios, ha acudido a realizar el trámite correspondiente, afirmó Manuel Carrillo Cupul, coordinador de funerarias y panteones del Ayuntamiento Capitalino.

“Una parte de la gente ha dejado en abandono el nicho porque se va de la ciudad o simplemente no acude y otra es porque no tiene dinero para hacer el trámite y tienen el temor de no saber cuánto les costará el tramite, pues algunos llevan más de 10 años sin pago”, comento.

Actualización 

Explicó que la actualización no sólo servirá para brindar certeza jurídica a los propietarios, sino que también para tener un orden en el panteón, es decir tener la cifra real de las bóvedas y conocer a los propietarios de los mismos.

Hasta el año pasado, de los cuatro mil 500 espacios, el 40% estaban semiabandonadas, es decir, mil 800 no son visitadas con frecuencia, lo que genera un gasto extra al municipio, ya que es la propia administración que les brinda mantenimiento.

Carrillo Cupul dijo que el municipio sólo puede cobrar los cinco años inmediatos, que son los que marcan la Ley de Ingresos; el trámite tiene un costo de 618 pesos, recurso que sirve para el mantenimiento del lugar.

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“El año pasado hicimos un programa de regularización, donde el municipio aplicó un descuento del 50% en noviembre y después se redujo al 25% para que la mayoría de los contribuyentes acuda a pagar. Esperemos que este año suceda la mismo y tenga para noviembre los descuentos”, puntualizó.

Cabe mencionar que el camposanto fue fundado en 1939, en un espacio de dos hectáreas. La mayoría de las bóvedas están ocupadas por los restos de los primeros habitantes de la capital del Estado, incluso puede notarse una fosa donde se “guardan” los restos de las víctimas del huracán Janet, así como personajes destacados y héroes.