Eva Murillo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Mientras deciden el uso que darán a las instalaciones del antiguo hospital general de Cancún, la construcción está cayéndose a pedazos por la falta de mantenimiento, además de que sirve como refugio de personas dedicadas a delinquir, vecinos señalaron el robo hormiga de las cosas que quedan dentro del lugar.

Desde hace un año, el edificio quedó abandonado cuando personal médico y pacientes se cambiaron a las nuevas instalaciones, mucho se ha especulado sobre el futuro de las viejas instalaciones, ya que otras instituciones de salud las ven como una opción para ampliar sus servicios, mientras que asociaciones civiles han pedido que les permitan usarlas.

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En el transcurso de 12 meses, el olvido y desatención de las autoridades de salud es evidente, lo que es aprovechado por personas dedicadas a delinquir, que usan los techos para ubicar a sus víctimas y luego asaltarlas.

Otros hallaron en el viejo hospital un lugar donde vivir, también resultó ser una fuente de artículos que roban para su uso o para venderlos como herrería, aluminio y partes del equipamiento que se quedó en la construcción.

Los alrededores de lo que fue el hospital están llenos de basura, algunas partes tienen maleza, partes de la barda están a punto de caer, los cristales de algunas ventanas están rotos, las mallas anticiclónicas se ven deterioradas.

La parte trasera de la estructura donde está el asta bandera, sirve como baño y otras actividades, pues hay ropa, zapatos, botellas de alcohol, preservativos y basura de todo tipo.

En esa zona, detrás de la malla ciclónica puesta para impedir el paso a personas ajenas, se hallaron una credencial de elector, una CURP y una tarjeta de salud, todas de diferentes personas.

Vecinos y responsables de los comercios cercanos al lugar, detallaron que las calles que rodean al antiguo hospital general son asoladas por asaltantes, personas adictas y exhibicionistas, por lo que no descartan que los documentos hallados sean de víctimas de rateros.

Una de las medidas de seguridad de los comerciantes es bajar las cortinas antes de que oscurezca y tener a la mano gas pimienta.