Gustavo Villegas/SIPSE
COZUMEL, Q. Roo.- Luego de tres días,  la Procuraduría General de Justicia del Estado de Quintana Roo (PGJE) informó que el cadáver hallado en la zona oriental de Cozumel el pasado sábado tenía dos tiros en la cabeza, es decir, fue ejecutado.

Esto significa que van 12 episodios de esta naturaleza en la isla desde el 13 de junio del 2008 cuando Juan Fernando Flores Meléndez, mejor conocido como "El Wacax", fuera ultimado en el interior de su camioneta con cinco impactos de bala calibre nueve milímetros.

Según datos proporcionados por Cristian Montenegro Aragón, coordinador de Agencias de Ministerios Públicos, ya hay avances para dar con los culpables de la muerte de Cecilio Ciau, quien desapareció un día antes de encontrar su cuerpo entre las rocas del oriente de la isla.

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Apenas el lunes pasado Gumercindo Jiménez Cuervo, Comisario de Seguridad Publica en la ciudad, evadió responder a la pregunta sobre si la muerte de esta persona estaba relacionada con una ejecución, por la forma en la que fue hallado el cadáver del trabajador, quien no tiene antecedentes penales importantes.

El día del hallazgo del cadáver, según Montenegro Aragón, durante el procesamiento de la escena del crimen por peritos en criminalística, se recuperó un casquillo percutido y una bala sin percutir. Se estima que habían transcurrido unas 12 horas del fallecimiento por lo que la hora de la muerte se calculó entre las 11 y 12 de la noche del viernes 6 de mayo. 

No mencionó si en alguna de estas piezas de balística se pudo hallar alguna huella dactilar, pero puntualizó que hay avances significativos para dar con los probables responsables de este asesinato y destacó que para ello llegaron a la isla agentes de la Policía Ministerial especializados en este tipo de delitos, aunque declinó dar mayores detalles para no entorpecer las pesquisas.

Al ser cuestionado sobre el móvil reiteró que no puede dar a conocerlo para "preservar el sigilo de la investigación" pero sí dijo que para colaborar con las investigaciones arribaron agentes de la Policía Ministerial de Cancún para dar con los responsables.

Lo que se sabe hasta el momento sobre Cecilio Ciau es que era de origen humilde y no contaba con antecedentes penales e historial delictivo importante, pues la información que se obtuvo sobre él gira en torno a un ingreso a la cárcel por provocarle lesiones a un familiar; se dedicaba a la construcción de palapas y la albañilería.

Las discrepancias

Con base a las declaraciones emitidas por Montenegro Aragón se sabe que fue hasta hacerle la autopsia al cuerpo que se descubrieron los dos impactos de bala en la cabeza, lo que habla de que los peritos que procesaron el cadáver no lo detectaron o que la PGJE buscó ocultar esta información que surgió desde las 11:30 de la mañana del 7 de mayo.

Otra circunstancia que no está aun clara es si la victima de este asesinato llegó aún con vida a un punto distante a unos 20 kilómetros del lugar donde originalmente se encontraría trabajando o bien fue ejecutado en otro lugar y su cuerpo abandonado en donde se le localizó.

Otra situación es que la dirección de Seguridad Publica no ha aclarado si el día de los hechos había patrullas de vigilancia a las entradas norte y sur de la carretera oriental y de ser así, porque los policías de guardia no hicieron las revisiones al vehículo en el que posiblemente se hubiera transportado a la víctima o su cadáver.

El hallazgo del cadáver

La mañana del 7 de mayo turistas extranjeros encontraron el cadáver de un hombre tendido boca abajo entre las rocas en una zona cercana al mar en el que se apreciaban heridas en el rostro y cráneo.

Desde las primeras horas se habló de la posibilidad de que se tratará de la misma persona que fue reportada como desaparecida dos días antes luego de salir a trabajar al poblado de El Cedral.

El cadáver que se encontraba boca abajo vestía playera color naranja, bermuda color rosa, cinturón negro, y no portaba descalzo presentando a la altura de la nuca una macha de sangre seca mientras que ambos brazos estaban debajo de su tórax.

A un costado del cuerpo se podía ver una soga de color blanco y una bolsa de plástico negra, que hoy se sabe fueron parte de las pistas halladas.