“El Navegante”, apodo de Abraham Levy desde pequeño (video)

Concluyó en Cancún su travesía luego de 106 días de viaje a bordo de “Cascarita”.

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Abraham Levy visitó las instalaciones de Novedades Quintana Roo. (Israel Leal/SIPSE)
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Rubí Velázquez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La vida del hombre que hizo historia, al ser el primero en recorrer nueve mil kilómetros en bote de remo, Abraham Levy estuvo marcado desde pequeño por personas que contribuyeron para que él alcanzara cada uno de sus sueños.

En su visita ayer por la mañana a las instalaciones de Novedades Quintana Roo  
Levy, originario de Colima, pero radicado gran parte de su vida en el Distrito Federal, recordó su infancia que transcurrió entre historias fantásticas de travesías alrededor del mundo y grandes mapas que ayudaban en la ubicación de los lugares, y una de las personas que lo impulsaron fue su abuelo.

“Él siempre tenía una respuesta certera para todo y un don especial con el que me transportaba a cada una de las aventuras que me leía”, cuenta el deportista que despertó su inquietud por conocer en persona, cada uno de esos sitios.

Caminar por el monte era uno de los pasatiempos favoritos de ambos, sin importar la ubicación en la que se encontraran, Miguel Valdés-Villanueva, su abuelo, siempre encontraba algo nuevo que mostrarle y Levy, algo nuevo que aprender.

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No era sólo pasear, sino escuchar, oler, contemplar y sentir a la naturaleza”, esa era la esencia de las largas caminatas que acostumbraban a dar en algún cerro del estado natal de Valdés-Villanueva, Coahuila, o cerca de la Ciudad de México y del hogar de Abraham en el Ajusco, algún parque o jardín botánico.

Escucha”, era la palabra que el hombre de avanzada edad le decía en voz alta al pequeño Levy, en el momento en el que se distraía, por lo que haciendo un freno total, debía conectarse con la naturaleza, haciendo uso de todos sus sentidos.

Cansancio

Con rostro aún cansado por la travesía concluida ayer en la Marina Chac Chí, luego de 106 días de viaje a bordo de “Cascarita”, con el que partió el 21 de octubre del Puerto de Palos, España, la voz entre cortada y lágrimas en los ojos, recordó que un día después de leer sobre un recorrido marítimo, su abuelo comenzó a apodarlo “El Navegante”, incentivándolo desde muy corta edad a la aventura.

Los viajes de trabajo de Miguel eran aprovechados para adquirir postales, libros y visitar todo lo que pudiera documentarse para que al llegar a México, se sentara al lado de su nieto para mostrarle otras maravillas de la naturaleza, sin embargo existió una excepción.

Viajó del otro lado del mundo a bordo de un avión concorde y no me trajo nada”, dijo el atleta, destacando que la explicación de su abuelo se basó en que lo único que encontró fue un avión lujoso, ya que su viaje fue relámpago y sólo tuvo tiempo para firmar unos documentos y regresar.

Luego de algunos años, el esfuerzo y trabajo de su abuelo rindieron frutos, y le fue posible adquirir un rancho en el lugar que lo vio nacer, por lo que los caminos de ambos tuvieron que separase, pero sin dejar de lado todos los conocimientos adquiridos, el amor por la naturaleza y frecuentándose tanto como fuera posible. 

Hombre intrépido

Se hizo justicia a sí mismo”, describe Levy sobre el hecho de que Miguel Valdés-Villanueva comprara un lugar para estar al 100% en contacto con lo que era su vida, “el medio ambiente”. Sin embargo, su abuelo no fue el único que contribuyó a que él ahora sea el hombre intrépido que es, ya que recordó que su abuela lo ayudó a construir una tirolesa en su jardín por la que él pudiera descender.

El deportista acostumbraba llegar de la escuela y trepar a un árbol para hacer la tarea, por lo que la tirolesa le facilitó el descenso diario y así entrar a casa sin lastimarse. La familia Valdés-Villanueva es de espíritu aventurero, otro ejemplo de ello es Javier, tío de Levy y amante de lo extremo, quien fue parte esencial de la primera expedición que realizó Abraham a los 27 años en kayac a lo largo de las costas mexicanas.

“Desconozco donde está ahora, él puede estar en un punto un día y al día siguiente estar del otro lado del mundo”, fue la respuesta que dio el atleta al cuestionarle si estuvo presente Javier en su llegada a Cancún, destino final elegido por el azul turquesa que lo enamoró .

Tamara, su hermana

La fortaleza de sus proyectos ha estado a cargo de su hermana Tamara, por lo que él le tiene una gran admiración y agradecimiento, ya que investiga cada uno de los aspectos de los viajes y le proporciona las soluciones que en cierto momento le pueden salvar la vida.

Mi alma se alimenta de la paz y armonía de las zonas naturales”, dijo Levy al recordar que invitaba en la adolescencia a sus amigos a realizar actividades al aire libre los fines de semana como escalar cerros y montañas, pero la respuesta no siempre era favorable y que a diferencia de ellos, las fiestas y desveladas, nunca fueron una prioridad para él.

Es así como recalca que su familia ha sido el mayor impulso y fortaleza para que ahora a sus 34 años haya logrado un reto más en su vida, pero no el último, ya que el “explorador autopropulsador”, como él mismo se denomina, tiene en la mira nuevos retos que hasta ser concretados prefiere no mencionar. “Lo principal es conocer cuál es tu verdadero sueño y en mi caso para lograrlo fue necesario experimentar de vez en cuando la soledad, así es como me descubrí a mi mismo, lo que quiero y donde quiero estar”.

Una constante aventura”, es como describió Yolanda Romay Veytia, novia de Levy, los momentos que pasa al lado del deportista y para ella el temor de cada viaje emprendido por Abraham, sólo es calmado por la seguridad que le brinda la excelente planeación de los proyectos.

 

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