Pedro Olive/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Brenda Elvira Márquez López, es una de las 11 mujeres que ayer recibieron de manera simbólica sus cartillas liberadas del Servicio Militar Nacional (SMN), pertenecientes a la clase 1997; la joven es estudiante de universidad, madre de familia, trabaja en el área de seguridad de un hotel en la zona hotelera, y aspira a ingresar a la escuela naval, para posteriormente enfilarse en la Secretaría de Marina y Armada de México.

“Decidí ingresar porque tengo la ilusión de entrar a la escuela naval, demostrarme a mi misma que soy capaz, y también por mi hija, quiero ser ejemplo de ella”, mencionó Brenda Elvira Márquez López, quien desde junio del año pasado acudió al batallón para marchar y liberar su cartilla militar.

Actualmente trabaja en un hotel de la zona hotelera, ubicado en el kilómetro 10.5, su labor es el monitoreo de las cámaras de vigilancia de ese complejo de descanso para los visitantes; las clases las toma los mismos sábados en el turno vespertino.

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Una de las personas que la motivó a hacer el servicio, aún cuando no se los piden de manera obligatoria, fue su jefe directo, quien es un retirado del Ejército Mexicano, sin referir su nombre.

Brenda trabaja en el turno nocturno, normalmente la entrada es a las 23 horas, sin embargo, los viernes anticipaba su ingreso una hora, es decir a las 22 horas para salir a las seis de la mañana del sábado, tomar un transporte al centro de la ciudad, y ahí otro hasta el batallón para arribar antes de las siete de la mañana.

“Sí es un esfuerzo extra, porque también está la escuela, estar con mi hija, no te voy a decir que no, en algún momento falté por la carga del trabajo, escuela, y ver a mi hija, pero habrá sido una o dos veces, yo inicié a la mitad del servicio anterior, y lo continué en este año, es decir año y medio en disciplina”, agregó Brenda Márquez.

Trabajo por igual 

La joven refiere que durante el servicio, los que dirigen las actividades no hacen excepciones, trabajan con todos por igual, no hay preferencia, los ejercicios e intensidad son los mismos para ambos, situación que aplaude mucho, porque integran a las mujeres en una convivencia sin discriminación.

En la ceremonia de la entrega estuvieron cuatro de las 11 jovencitas que realizaron el año de servicio, Brenda acompañada de su hija; el resto no pudo acudir por situaciones particulares, sin embargo, las ahí presentes, señalan que es importante que las mujeres se acerquen.

“Para mi es un compromiso con el país, con mi ciudad, aunque no es obligatorio, creo que si lo debemos hacer a conciencia, yo quiero entrar a la naval, por eso lo estoy haciendo”, dijo Diana Laura Arceo, otra joven que realizó su servicio militar.

Otras dos menores también tienen la misma meta, y marcharon durante un año para adquirir disciplina y tener un antecedente en su aventura. En la ceremonia de entrega de cartillas liberadas fue dirigida a más de dos mil 422 jóvenes entre remisos y la clase 1997.

Los dos mil 422 jóvenes tienen todo diciembre para acudir a las instalaciones del 64/o Batallón de Infantería para recoger su cartilla liberada, en horario de 8 a 13 horas, a partir de enero y los siguientes cinco meses, deberán ir a la ciudad de Chetumal por el documento; pasado ese tiempo serán incinerados, aunque no pierden el registro, y deberán ir a la ciudad capital del estado, para buscar la liberación.