El día de ayer asistí a la entrega de los reconocimientos ambientales otorgados a varias empresas que operan en el estado.  Y mientras observaba las caras felices de los receptores, así como las miradas de aprobación de las autoridades; pensaba: “Qué poquísimas empresas están recibiendo estos reconocimientos”; cuando realmente cuidar nuestro entorno debería de ser LA PRIORIDAD (con mayúsculas) número uno. Finalmente, nuestra playas, selvas, cenotes y manglares son el verdadero producto estelar de nuestro estado.

¿Porqué nos visitan los turistas?  Por nuestro ambiente.... Nuestro ‘medio ambiente’

Sin embargo, aún a pesar de ese conocimiento, poco hacemos como sociedad para reducir el impacto negativo que causamos en la naturaleza.  Veo a ecologistas desgarrarse las vestiduras en desarrollos inmobiliarios que cumplieron con sus permisos de impacto ambiental, uso de suelo y muchos más, pero sin hacer comentario alguno de los asentamientos irregulares que devastaron la selva, contaminando el manto freático ya que no cuentan con drenaje y creando tiraderos de basura que carecen de las mínimas medidas de control.

Solo nosotros somos responsables, cada uno de nosotros. Pongamos manos a la obra y empecemos por separar la basura, si ya sé... ¿Qué caso tiene, si todo avientan junto en el camión? Bueno, tengamos un bote, donde separemos el vidrio y cartón, y a fin de mes un viaje rápido al reciclatón ¡Bravo ciudadano!

Mis queridos colegas empresarios, dediquen un momento a diseñar y luego implementar medidas que causen un impacto positivo en el ambiente. Organizar un día de limpieza de playa, adopten un camellón o una hectárea de selva. Por poco que parezca es mejor que nada. Si invertimos dinero en el mantenimiento de los activos de la empresa, bueno pensemos, que por muy mantenidos que estén los vehículos para los tours, sin cenotes, ríos o selvas...pues ¿A donde sería el tour?

Veo miles de memes, fotos y vídeos circulando en redes sociales con tristes imágenes de animales lastimados o muertos debido al exceso de basura. Levanten la mano los que cortan los arillos donde vienen las latas, las bolsas, los empaques.... hmmm ¿Tan pocos? Entonces surge la horrible pregunta de la humanidad: ¿Podremos cambiar nuestro destino? Ese destino bien reflejado en la película Wall-e de Disney, donde la tierra se convierte en un basurero descomunal y la raza humana sale a vivir al espacio.   

Quiero creer que... ¡Si!. Hoy solo 10 empresas recibieron certificados, pero mañana, estoy segura que serán 100. Confío en la gran capacidad de los empresarios de Quintana Roo para crear el mejor “ambiente”. Como seres humanos tenemos una capacidad infinita para crear, mejorar y construir solo debemos enfocar esos esfuerzos en lo realmente importante, ya que, si no lo logramos, como dicen los gringos nos quedaremos todos “homeless”.