En Morena dan tumbos

Lo peor en Morena vino después de que los siete magistrados...

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Lo peor en Morena vino después de que los siete magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ordenaran por unanimidad al Comité Ejecutivo Nacional de ese partido, cancelar las asambleas de las cuales salieron los consejeros para elegir su nueva dirigencia, prevista en un principio los días 23 y 24 de noviembre próximos.
Como se recordará, en Quintana Roo fueron desarrolladas el pasado sábado 19, aunque solamente tres de las cuatro, ya que la de Chetumal no pudo concretarse, tal como sucedió con más del 60% de las programadas en todo el país. El 70% de las sí concluidas fueron impugnadas. Así de caótico fue el proceso.
Y vino lo peor, no solamente por el corte de caja que arrojó los porcentajes citados en el párrafo anterior, sino porque se asoma nuevamente la falta de diálogo y con ello la poca posibilidad de encontrar una salida consensuada a la crisis.
Tres de los cuatro aspirantes a la dirigencia nacional se han pronunciado por la conveniencia de la encuesta. Yeidckol Polevnsky, Mario Delgado y Alejandro Rojas han hablado al respecto desde hace meses, desplegando diversas motivaciones; no así Bertha Luján, quien se opone escandalosamente porque es evidente que no le favorece.
Además de los tres primeros, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sugerido esa opción, que sin embargo no está en los estatutos; y la reciente resolución de los magistrados del TEPJF abre sin candados dicha oportunidad, aun cuando pareciera una injerencia en los asuntos internos del partido.
Es decir, una mayoría ve con buenos ojos la encuesta porque parece misión imposible reponer el desaseo en el padrón de militantes (causa principal de impugnaciones y desconfianzas). Es que con el método de las asambleas, las punteras eran Luján y Polevnsky, pero con la encuesta la primera de ellas quedaría desplazada. Es, pues, la razón del rechazo de su grupo y de una sospecha mayúscula: ¿Hay “línea” para sacarla del camino?
En el fondo, es más de lo mismo: supuestos favoritismos y privilegios para unos en perjuicio de otros. Por supuesto, se deja en entredicho la transparencia del partido más poderoso, cuyos principios son “no mentir, no robar y no traicionar”. Aunque las intenciones sean las mejores para salir del atolladero, las formas suponen “mano negra”.
Así las cosas en el partido que llevó al trono al presidente, quien, dicho sea de paso, parece distanciarse cada día más de éste, y viceversa.

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