Sí, viaje seguro a Quintana Roo

Durante los últimos años la actualización del “warning” ponía a temblar al gobierno y a la industria turística.

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Durante los últimos años la actualización del “warning” ponía a temblar al gobierno y a la industria turística. Cada vez que el estado aparecía con alerta en Estados Unidos, autoridades, empresarios, turisteros y todos quienes viven aquí directa o indirectamente del rubro auguraban “vacas flacas”.

En administraciones pasadas la estrategia consistió en esconder el dato, maquillarlo o simplemente negarlo. Pero no aplicaron una gestión extraordinaria, como en ésta, encarando a todos los actores involucrados: cónsules, embajadores, servidores públicos, socios comerciales, representantes de aerolíneas y operadores turísticos.

Aproximadamente hace dos meses el gobernador Carlos Joaquín realizó una gira por el vecino del norte para cabildear. Se comprueban, ahora, los frutos de dicho “lobby”: el Departamento de Estado retiró la objeción de viaje a Quintana Roo. El parte oficial expone: “No existen restricciones para viajar a los destinos turísticos, tales como Cancún, Cozumel, Playa del Carmen, Tulum y la Riviera Maya”.

Es más: sugiere a sus viajeros tomar algunas precauciones similares a las especificadas para otros destinos de clase mundial, como Francia, Inglaterra o Italia. A ese nivel. Con esa información disponible, verificable en su portal, ¿se ignora, minimiza u oculta la violencia en el estado? De ninguna manera. Pero se hace justicia.

Coincido con el columnista de este mismo diario, Oscar González, quien, en una reflexión publicada ayer en torno al tema, explica: “Es cierto que no tenemos cifras acerca de inseguridad y violencia para enorgullecernos (…) pero tendríamos que reconocer que no estamos tan mal”.

De lo contrario la advertencia no se habría depuesto. Peor aun, podría haber subido del nivel 2 actual (“precauciones especiales”) al nivel 3 (“reconsiderar el viaje”) o al nivel 4 (“no viajar”). Sin embargo, se obtuvo lo que muchos dudaron por los antecedentes y el contexto.

Respecto a lo anterior, cabe recordar que algunos argumentaron que la alerta de ese tiempo respondía a la presión ejercida en plena renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; a la consolidación de la política de Trump con “países especiales”, o a la definición de los aspirantes a suceder a Peña Nieto.

Pero ya está. No hay más drama. Habrá quienes exijan el nivel 1 (“precauciones normales”), que como reto es motivante, aunque lo destacable es situarse ya en el rango de dichas potencias turísticas, el cual sin duda es un logro más en un panorama favorable: números récords en 2017 y proyección sin parangón para este año.

Es una tranquilidad en diversos círculos; no obstante, lejos de la autocomplacencia y el conformismo, la inseguridad debe ser la principal problemática para combatir en la entidad. Es que no solo de turismo se vive.

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