Las autonomías mal entendidas

Hace unos días se planteó en este mismo espacio las maniobras de la presidenta Perla Tun.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Hace unos días se planteó en este mismo espacio las maniobras de la presidenta Perla Tun Pech que entorpecen la transición con alternancia en Cozumel. Además de su postura intransigente para colaborar en un proceso que debió ser ágil desde el inicio, afecta su decisión por abrir a la revisión obligatoria algunas áreas estratégicas, como Tesorería. Ha sido su estilo.

Siguió después la polémica suscitada debido a la ausencia de los regidores de oposición, así como de los representantes de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en la sesión previa de su Segundo Informe, cuando se declaró “la mejor presidenta”. Como siempre, un discurso fiel a su estilo: soberbio y de choque.

Y sobrevino la última sesión de Cabildo -días después del informe-, cuando acusó que en dos años de su gestión encontró trabas para emprender sus programas de gobierno y que tuvieron salir adelante, “incluso con un Gobierno del Estado en contra, que nos persiguió y nos amenazó, y no nos permitió trabajar”. El criticado estilo, pues, nunca lo perdió.

Dados tales escándalos, algunas voces aducen “autonomía” o “independencia”, en una intentona fallida por explicar el fracaso de la edil, quien tuvo todo para alzarse con dignidad desde el arranque como una agente del cambio anunciado. Porque no se olvida a esa otrora diputada que aguantó los embates del borgismo. Pero no supo cómo.

El gobernador Carlos Joaquín cumplió en justicia, con diálogo y reconciliación, pero ella prefirió caminar por otro sendero, alejado de la voluntad y de la unión con quienes podía reconstruir. Por el contrario, cosechó tanto desaires como repudios que asimilará apenas concluya su mandato.

Por cierto, en ese mismo contexto de “rebeldías” se pretende instalar erróneamente a Laura Beristáin Navarrete, la electa de Solidaridad, por declaraciones que han molestado a los del poder. La más reciente fue acerca del C4, cuya operación fue cedida por el Ayuntamiento local al Gobierno estatal. Beristáin reclamó una supuesta “violación a la autonomía”.

¿Es acaso Laura la nueva Perla? ¿Encabeza a los gobiernos opositores? No. Beristáin recurre hoy a los demás niveles y poderes para mejorar las condiciones de su municipio; en tanto, refuerza el trabajo en equipo con esos actores de Morena, próximos a gobernar. Su plan es completo. Es que ser “opositor” no significa oponerse per se: lo vimos en estos dos años administrativos que concluyen en Benito Juárez, Isla Mujeres, Puerto Morelos y otros.

Si Tun deja un ejemplo es, irónicamente, lo que no debe hacerse para fracasar. Ninguno en sano juicio podría replicar un estilo tan condenado, ni siquiera en el nombre de la “autonomía”.

Lo más leído

skeleton





skeleton