En minutos, dejan sin hogar a dos abuelitos; hoy irán a un asilo en Chetumal

Don Heriberto y Don Marcos tenían 20 años viviendo en un terreno, cuyo dueño solicitó el desalojo y derribo de la vivienda de los octogenarios.

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En sólo minutos, dejan sin hogar a dos abuelitos en Chetumal. (Foto: Daniel Tejada)
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Una pareja de adultos mayores de 80 años fue desalojada del predio en el que llevaban viviendo más de 20 años, debido a que una tercera persona compró la propiedad, ubicada en Chetumal.

Heriberto González Mejía, de 81 años, explicó que en 1998 se asentaron en el terreno ubicado en la calle Tela con Corozal, amparados por una presunta promesa del entonces Presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, de que en ese lugar podrían construir una casa para vivir sus últimos años.

Sin embargo, en ningún momento se hicieron posesionarios del predio, que este año fue vendido a un hombre, el cual solicitó el desalojo de ambos “abuelitos”, así como el derribo de su humilde vivienda.

Fueron cuatro agentes de la Policía de Quintana Roo, un actuario y tres persona más sin identificar, quienes se presentaron para sacar a ambas personas mayores, mismos que no podían creer que tan sólo unos minutos, los dejaron sin hogar.

“Lamentablemente los abuelitos están en una propiedad privada y ante la ley son invasores”,

dijo Carlos García Tun, uno de los agentes policíacos que estuvo en el caso.

“y por los documentos que nos presentó la parte acusadora, llevan más de dos años notificándoles a ambas personas que tenían que retirarse del lugar, ya que se trataba de terrenos ejidales que fueron cedidos en su posesión a una tercera persona, quien hoy reclama el terreno”.

Aclaró que solicitaron a los adultos mayores algún documento que los acredite como legítimos posesionarios, pero éstos respondieron que no tenían nada.

Ni siquiera contaban con recibo de luz o agua, pues los únicos tres aparatos eléctricos que utilizan -una lámpara, una radio vieja y una pequeña estufa-, los conectan por medio de un diablito al poste de la Comisión Federal de Electricidad.

Debido a que los octogenarios no cuentan con familiares en la ciudad y tampoco algún otro lugar donde vivir, fueron trasladados de manera temporal al asilo público, mientras encuentran otra casa a la cual puedan considerar un hogar: 

“Nosotros no tenemos problemas con nadie, ni los queremos tener. Solo queremos un lugar tranquilo dónde pasar nuestros últimos días. Ya estamos cerca del otro mundo y sólo buscamos descansar en paz”.

Adelantaron que solicitarán a las autoridades estatales a que les otorgue alguna de las viviendas abandonadas del fraccionamiento Las Américas 3, a fin de hacerlo su casa lo que les resta de vida.

 

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