Encontró la armonía y la salud a sus 60 años

Orlando Dorado lleva 18 años practicando taichí, disciplina que le ayuda a mantener la juventud interna.

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Los practicantes encuentran en los movimientos suaves y continuos la armonía que sus órganos necesitas. (Tomás Álvarez/SIPSE)
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Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- A más de 18 años de practicar taichí, Orlando Dorado García, a sus 60 años no le pesa la edad, comenta que dicha disciplina le ha dejado buena salud y jovialidad, que más de un amigo o familiar le halaga por su destreza y fortaleza.

Uno de sus propósitos a corto plazo, es el motivar a los adultos mayores, como él, para que alimenten su espíritu encontrando el ‘equilibrio’ y  dejen atrás cualquier achaque propio de su edad.

“Quien viene conmigo tiene prohibido decir ‘no puedo’, pues ese tipo de palabras no ayudan al cuerpo a estar en armonía”, dijo.

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Tres veces al día, enseña a equilibrar la energía de su cuerpo a más de 30 personas en la explanada del deportivo Cecilio Chi y lo hace de manera altruista en un horario de 10 a 11 de la mañana, aprovechando la asistencia de jubilados en la zona.

“El taichí es una forma de crear salud a través del movimiento lento y armonioso que hace que los órganos internos se pongan en armonía, y se aleje de ti cualquier tipo de enfermedad”, comentó Dorado García.

Amante de las artes marciales, este hombre lleva más de 38 años de residir en Cancún, se inició en la disciplina de Tae Kwon Do, pero una lesión en su hombro después de 10 años de entrenamiento continuo, lo llevó conocer a un maestro chino que le enseñó el arte del taichí, desde ese momento, le dijo adiós al Tae Kwon Do.

Una de las actividades que tiene este arte marcial es parar el diálogo interno, explicó que cada pensamiento genera energía que ayuda  o perjudica, por ello se recomienda detener el diálogo interno para que se busque el equilibrio. “El taichí es un estímulo que ayuda a la salud y aumenta la longevidad”.

Sus alumnos lo siguen con suaves movimientos

Con gran concentración y espiritualidad, indicó a sus alumnos que abrieran su mano izquierda y al mismo tiempo levantaran el talón derecho, “es un saludo de gratitud a la energía por acompañarnos y por regalarnos salud”, dijo mientras aquellos veteranos seguían con mucho cuidado sus instrucciones.

La rutina fue realizada debajo de un árbol, para recibir de la madre naturaleza su energía positiva. “Aquí no necesitas de fuerza, es sólo ser continuo y hacer pasos suaves, el taichí me lleva, no es un ejercicio físico ni aeróbico, lo único que necesito es aprender a manejar la energía”.

Para Olga “N”, de 74 años, esta disciplina fue mejorando su salud a partir de realizar los movimientos suaves y continuos del Taichí. “He podido levantarme sin apoyo, mis pasos son más firmes y mi ánimo ha mejorado, ya no me siento una carga para mi familia”, dijo emocionada por sus grandes logros.

Al término de la clase, Orlando pidió a sus alumnos que agradecieran la energía regalada de la madre naturaleza, después de un aplauso se despidieron y cada uno a su paso siguió su camino con la convicción de vivir el hoy y el ahora.

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