Alejandra Galicia/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Angélica Madrigal, de 54 años, lleva 40 años viviendo en Cancún y enterró a su hijo hace 20 años en el cementerio Los Álamos ubicado en la Región 91, en la avenida José López Portillo, 10 años después sepultó a su madre; para ella, el camposanto alberga un significado valioso de recuerdos, sin embargo, ir a visitar a dos de sus familiares más importantes de su vida representa un riesgo sanitario y de seguridad, porque el lugar actualmente aloja basura, tiene criptas abiertas y algunas manipuladas por actos de brujería, además de maleza crecida que dan paso a animales ponzoñosos.

Es víctima de ladrones mientras visita a sus difuntos 

Para Angélica, visitar a sus familiares es peligroso ya que en el año ha sido asaltada dos veces dentro del panteón. Comentó que cada siete años paga refrendo de siete mil 500 pesos a la Operadora y Administradora de Bienes Municipales (Opabiem) para mantener el lugar de su madre e hijo. Hace dos meses recibió un descuento del 30% en el refrendo en el que aportó dos mil 700 para mantener el lugar de su progenitora y aún falta pagar el de su vástago.

Sin embargo, el dinero que aporta al Opabiem es para el mantenimiento del sitio, mismo que está lleno de hojas y plantas secas, animales muertos, basura y criptas rotas. Actualmente en el cementerio Los Alamos hay dos mil tumbas, algunas desde 1980.

Limpian el cementerio sólo para el Día de Muertos 

La afectada comentó que los únicos días que se mantiene limpio el cementerio son el 1 y 2 de noviembre porque llegan personas a visitar a sus familiares, después de esas fechas y durante todo el año, el olvido es el único visitante.

La falta de un velador y alumbrado público, el mal estado del cementerio y la basura, afectan a familiares como ella que si visitan a sus parientes varias veces al año, además del Día de Muertos.

El velador del camposanto dijo que el lugar cierra a las 17 horas todos los días, pero que en las noches llegan personas a realizar actos vandálicos, además de brujería, misma que detectan a la mañana siguiente. Señaló que apenas inicia su trabajo en Los Álamos, junta hojas secas y las quema; deberá limpiar el sitio para el próximo Día de Muertos.