Alejandra Galicia/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Con eventos musicales inició ayer el primer Corredor Cultural “Paseo Tulum”, organizado para darle un atractivo más a los turistas nacionales y extranjeros que visitan Cancún.

Para la primera edición del Corredor Cultural participaron 50 artistas locales, músicos, pintores y artesanos. En las próximas ediciones la Dirección de Turismo prevé la llegada de más de tres mil visitantes, entre locales, nacionales y extranjeros.

También te puede interesar: Evento en Corredor Cultural Paseo Tulum no afecta vialidad

A partir de las 17:30 horas comenzaron a instalarse los tres escenarios que al mismo tiempo darían eventos culturales de música, teatro y exposiciones fotográficas en el corredor de la avenida Tulum y duraron hasta después de las 22 horas.

Francisco López Reyes, director de Turismo municipal, mencionó que para próximas fechas se comenzará el proyecto conocido como el “paseo de la fama” y un jardín de las naciones, lo cual busca que turistas nacionales y ciudadanos locales tengan un lugar de esparcimiento en el centro y al mismo tiempo impulsar que los empresarios comiencen a abrir negocios y reactivar el primer cuadro de la ciudad.

El paseo de la fama y siete bustos que serán integrados en el corredor de la avenida Tulum están planeados para instalarse en abril. 

“Los hoteleros están apoyando el proyecto, pero primero debemos impulsarlo para que la gente lo conozca y ellos puedan notar que hay público para realizar la inversión y que traigan turistas, hay mucho interés de que el centro de reactive”, comentó el director de Turismo.

Las actividades comenzaron desde la explanada de la Plaza de la Reforma, donde se instaló el escenario principal del Corredor Cultural y se presentó un grupo de música salsa.

Más adelante a la altura de la zapatería Terra, se colocó el segundo escenario para que los asistentes disfrutaran de obras teatrales. El tercer escenario también diseñado para un espacio musical, se colocó al final de la avenida Tulum frente al banco Santander.

Cada espacio cultural contaba con sillas para que los transeúntes que desearán observar lo hicieran cómodamente.