Fin del culto al ego

La decisión del Gobierno del Estado de borrar los nombres de los ex gobernadores que estaban inscritos en el obelisco...

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La decisión del Gobierno del Estado de borrar los nombres de los ex gobernadores que estaban inscritos en el obelisco que se ubica en la Explanada de la Bandera es un acierto, por más que muchas voces señalen que es parte de la estrategia oficial de acabar con todo vestigio del reciente pasado de horror que sufrimos los quintanarroenses.

Y que es la idea original era que en el obelisco se plasmaran los nombres de los héroes de la patria que en diferentes épocas históricas ofrendaron incluso sus vidas para construir un país más justo, democrático e igualitario.

Figuras inconmensurables como las de Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos, entre otros más, le daban un gran lustre al monumento más emblemático de Chetumal y sin duda no necesitaban ningún otro elemento para lucir esplendorosos.

Sería un gran despropósito asegurar que ningún ex gobernador merece tener su nombre escrito en el obelisco, pero lo cierto es que tampoco se podían quitar unos nombres y dejar otros como si se tratara de un capricho.

Lo que si era un verdadero insulto es que junto a los nombres de nuestros héroes extraordinarios, de esos personajes que forjaron la gran patria mexicana, estuvieran los de varios exgobernadores que no sólo traicionaron al pueblo, sino que lo saquearon, humillaron y abandonaron a su suerte para satisfacer sus más bajos intereses.

La simple idea de que los nombres de personajes como Roberto Borge Angulo o Félix González Canto, por no decir algunos otros más, estuvieran cerca de los nombres de Miguel Hidalgo o José María Morelos, nos causa molestia, indignación y coraje.

Pero ya no están más en el obelisco y seguramente la gran mayoría de los quintanarroenses coincidirá en que la medida tomada por la administración actual fue atinada, porque los ciudadanos sí tenemos memoria y sabemos muy bien quiénes nos han agraviado al punto de casi destruir lo mucho que se ha logrado en tan sólo cuatro décadas y más de autogobierno.

Podremos estar en desacuerdo sobre los verdaderos méritos de los héroes cuyos nombres están inscritos en el obelisco, eso es cuestión de enfoques ideológicos, sin embargo, en lo que si estaremos de acuerdo es que hicieron mucho en beneficio de las mayorías durante las etapas históricas que les tocó vivir.

En el caso de los exgobernadores, quienes vivimos los años de sus mandatos, somos testigos de cómo gobernaron, de cuáles fueron sus debilidades y defectos y también, por qué no, sus aciertos, que en algunos casos, quedan opacados ante sus graves desatinos y abusos.

Además, la verdad es que el obelisco sin tantos nombres se ve más limpio, más distinguido, quizás porque a final de cuentas han quedado sólo aquellos personajes que engrandecieron a la patria y no aquellos que, con algunas honrosas excepciones, hicieron méritos para ser olvidados por los quintanarroenses.

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