Eric Galindo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- A un año del ataque a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) no hay avances en las investigaciones y la dependencia sólo ha aumentado sus medidas de seguridad con instalaciones de cámaras y el aumento de metro y medio de la barda perimetral del edificio. Sobre las investigaciones a cargo de la Procuraduría General de la República (PGR) no hay avances.

Las huellas del ataque aún persisten en la estructura de la Fiscalía, el acceso principal al edificio se ven las marcas, son los hoyos que dejaron las balas de grueso calibre, son once orificios.

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Pero no se puede comprar con el dolor que dejó, en varios elementos policíacos y personal, el asesinato de “Ochoa”, así le decían al agente ministerial que ese día le tocó cuidar la pluma, los sicarios no le dieron tiempo de reaccionar, su cuerpo quedó al lado de la caseta.

Eran casi las 16 horas, cuando inició el ataque contra la Fiscalía de la zona norte, un hecho nunca antes había ocurrido en la historia del estado.

La zona se asemejaba a una ciudad del norte del país, como en Tamaulipas, donde constantemente se ven imágenes similares, a la que estaba viviendo en esos momentos Cancún.

La reacción de los agentes ministeriales y las policías estatales y municipales, lograron abatir a tres de los delincuentes. Uno cayó atrás de las instalaciones de la Policía Ministerial, otro en la Supermanzana 50 y el tercero en uno de los pasillos de los edificios de la Supermanzana 31.

Son 31 impactos los que todavía se contabilizan en la barda de la tienda comercial que se ubica frente a la Fiscalía, son también las huellas que dejó el enfrentamiento entre policías estatales y uno de los sicarios.

“A ver si no les compran su pastel de aniversario”, dijo un abogado litigante en forma de broma, en relación a que la situación de la inseguridad es grave, que es posible que la delincuencia organizada vuelva actuar en cualquier momento.

A raíz del ataque, la Fiscalía reforzó sus medidas de seguridad, la barda perimetral aumentó un metro y medio más.

Fueron instaladas cerca de 20 cámaras de circuito cerrado, en la pluma se colocaron dos para checar a los usuarios que entran y salen del edificio.

El control es más estrictico para las personas que van a realizar un trámite, todos sin excepción tienen que registrarse en un bitácora.

El director general de la Policía Municipal, Jesús Mena Paullada, señaló que ellos no tienen nada de avances del caso, porque el asunto fue turnado directamente a la PGR por el delito de delincuencia organizada, en relación a las armas largas y granadas que aseguraran el día de los hechos.

A un año de los hechos, las autoridades estatales y federales no han tenido avances sobre quiénes y qué grupo fue el que llevó a cabo el ataque contra las instalaciones de la Fiscalía.

En julio pasado, personal de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) realizó diversos cateos en la ciudad, en uno de ellos detuvo a Joshua N, alias “El Lobo”, principal cabecilla de la organización delictiva del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y que estaría relacionado directamente con el atentado que sufrió la Fiscalía el 17 de enero de 2017. Sin embargo, dicha información nunca fue corroborada por las autoridades federales.

La fotografía de “Ochoa” permanece en la capilla de la Policía Ministerial, donde está todo el personal que sirvió en vida a la institución, y que este miércoles posiblemente amanezca el nicho con veladoras y flores para honrar su memoria, de aquella tragedia para el personal de la Fiscalía.