Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Playa del Carmen no solo es imán de grandes inversiones sino también de mano de obra que encuentra en la actualidad dos efectos, marginación social y falta de acceso al empleo, lo que ha llevado a Club Rotario de esta ciudad a incrementar el margen de apoyo para quienes viven en pobreza alimentaria con la instalación de un segundo comedor, que duplicará las 200 comidas que dan actualmente.

Fernando Pérez Vega, presidente de esa organización en esta ciudad, dijo que la mayoría de personas que atiende en el comedor comunitario que se ubica en la avenida 120 con calle 2, en la colonia Ejidal, son de origen chiapaneco principalmente, que atraídos por la promesa de trabajo vienen a Playa del Carmen sin recursos.

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“La mayoría de la gente a la que atendemos son gente de Chiapas que a veces vienen en condiciones precarias que a veces no tienen ni cinco pesos para pagar la comida, y cuando eso ocurre la damos gratis”, dijo.

Este año ha sido uno de los de mayor crecimiento en el rubro de la construcción, de acuerdo con cifras oficiales de la Tesorería y Desarrollo Urbano se calcula un 38% más respecto al 2014 en relación a los proyectos inmobiliarios que se han creado.

Sin embargo, el desempleo es una característica constante en quienes asisten al comedor comunitario, según Pérez Vega.

Por ello tienen proyectado que en las próximas semanas se instale un segundo comedor en el parque Lázaro Cárdenas del Río de la colonia Colosio, en donde confluyen trabajadores de diversos oficios como albañilería, electricidad, fontaneros, entre otros.

Comedor itinerante

Este proyecto estaría subvencionado por el mismo Club Rotario, y prevén tener una capacidad para otras 200 personas.

“Sería un estilo fast (food) truck para poder moverlo, estamos analizando el costo, porque el actual comedor requiere una inversión de 120 mil pesos para techarlo  y vamos a juntarlo con lo del comedor de la Colosio”, comentó. 

El primer comedor funciona a través del programa Sin Hambre de la Sedesol, dependencia que da parte de los alimentos no perecederos que se sirven ahí, aunque el Club, según su presidente, aporta alrededor de 10 mil pesos mensuales para completar su operatividad y que no vuelva a cerrarse como ocurrió en el primer cuatrimestre de este año.